lunes, enero 09, 2006

Reconocimiento a una buena labor 04/05/2003

RECONOCIMIENTO A UNA BUENA LABOR

En la página tres de éste periódico del 22 de abril, en La Diana de Irene Flores se pueden ver las fotografías de los ocho candidatos a obtener la presidencia de la Ciudad. Si se fijaron un poco en ellos verían que los ocho tienen una cara adusta y seria, más bien como si les hubieran pegado un susto en esos momentos. La única que aparentemente parece sonreír es la también única dama que hay entre ellos (debieran de haber más mujeres, y que se jodan los machistas); pero no se equivoquen que ésta señora también está seria. Yo imagino que éstas fotografías son de archivo y los candidatos no serán tan rígidos en los carteles que ya habrá repartidos por toda la ciudad, porque si son las mismas, la verdad, habría que pensarse antes de presentarse en sus despachos oficiales para solicitarles que le arreglen la acera de su calle; eso si es que alguno de ellos gana le carrera de los votos hasta el Palacio de Enrique Nieto. Desde aquí les deseo lo mejor, pero a algunos, y lo siento, es que no ganen. Yo, como habrán adivinado soy de izquierdas (la puntita nada más), otros lo son de toda la vida, y de derechas además.
En todas las fotografías que he podido ver de los distintos candidatos y políticos locales a lo largo de éstos años, a los únicos que les he observado una sonrisa, entre benigna y posamiento de mano en la cabeza “muy bien hijo mío, que Dios te bendiga”, como hacía el bueno de don Antonio, el cura que me confesó en mi primera comunión, uno ha sido el que ha pedido la dimisión de su cargo, eso sí, que sea después de las elecciones, ¿porqué?, sus razones tendrá, digo yo. Aunque no tengo el placer de conocerlo, la impresión que me da, solo un suponer, es si te lo encuentras en medio de una escalera, aparte del saludo de rigor, no sabrías si sube o si baja. Luego tengo otro, Joaquín González (Quino), éste es del signo contrario, que sí sonríe, pero que, según mis informaciones, ya no se presenta por su partido, el PSOE, y de verdad que es una lástima, naturalmente para la ciudad. El que lo sustituya, para que supere el listón que ha dejado, creo que lo tiene bastante difícil. Creo que en este mes de abril se va a inaugurar en el Tiro Nacional un centro para la mujer, que también servirá de ludoteca. También sé que de los mil estudiantes que recibían becas antes de que él fuera Consejero de Educación, ahora son tres mil los que pueden disfrutarlas. El asentamiento de las bases para la afición al teatro, de la veintena de centros de enseñanzas que tiene la ciudad, creo que trece de ellos disfrutan del Arte de Talia. Los jóvenes ya tienen un local donde pueden reunirse. En mis tiempos de niño nos reuníamos en el edificio de los Sindicatos a jugar al ajedrez, a las damas o al billar; después de mozuelo, era la Avenida, los dos parques y los guateques en donde los muchachos nos empecinábamos en que las chavalas bebieran licor de menta porque era un afrodisíaco y así poderles meter mano mientras bailábamos, si es que nos dejaban, claro está. El “Certamen de Relatos Cortos de Encarna León” que ha iniciado pienso que tendrán una larga vida literaria en la ciudad donde muchos autodidactas daremos rienda suelta a nuestras imaginaciones y alguna que otra parida intelectual saldrá publicada en esas páginas. Y otras cosas que se me quedan en la memoria por su privacidad.
Joaquín me va a perdonar si le pido que se presente otra vez, porque la efectividad en el cargo que ha desempeñado hasta ahora, para mucha gente en Melilla, ha sido la que menos ruido ha hecho. Joaquín es de esas personas que son amables sólo porque no saben ser de otra forma; también hay buenas personas y personas buenas; Joaquín es de estas últimas, un hombre bueno donde los haya.
Cuando uno se jubila de la empresa donde ha estado varias décadas dando el callo suelen homenajearle y darle una placa o un reloj con un diploma como recuerdo por su paso por la empresa en cuestión. No sé, pero si alguno de los colectivos que dependen de su Consejería le diese por hacerle un homenaje, aunque fuese una cerveza en el bar de la esquina, sería un detalle que él no olvidaría nunca. No se olviden de invitar a su compañero de Medio Ambiente, que también ha hecho lo suyo, y de paso les digo que a mí también me gusta la cerveza, por lo diurética que llega a ser, y ahora en verano aún más, aunque sea virtual, por la distancia, como se suele decir en estos tiempos.
Reciban un saludo.

Juan J. Aranda
Málaga 4 de mayo de 2003

viernes, enero 06, 2006

Siempre es necesario cantarle a Melilla con amor 28/04/2003

SIEMPRE ES NECESARIO CANTARLE A MELILLA CON AMOR


Cuando una ciudad esta exenta de poetas que le reciten versos a sus gentes, a sus calles, a sus parques y jardines, a sus ríos y algún que otro juglar que la anime con sus bromas jocosas, debe sentirse sola y desdichada. Eso es lo que me comentó un amigo, que yo comparto plenamente. Me lo dijo hace unos días al enseñarle las páginas interiores del magazine dominical de éste periódico en las que muchas personas, todas con un profundo cariño a nuestra ciudad, expresamos lo que verdaderamente sentimos en nuestros corazones. Si una ciudad no tuviese alguien que le cantara sería una ciudad vacía, como si no tuviera alma ni Historia. Melilla tiene unos poetas que le cantan con toda la floresta y el lirismo de su amor, como Garbín, Casaña, Algarra y todo el grupo poético que cada domingo nos deleita con sus versos llenos de ternura. También hay personas, llamémosles autodidactas-altruistas que amplían nuestros conocimientos históricos para que muchos melillenses residentes en ambas orillas sepamos la verdadera Historia de nuestra ciudad; y no me refiero lo que estos autodidactas hayan leídos sobre ello, no, es lo que han vivido, y eso sí es la verdadera Historia, la que han pateado desde chaveas (me gusta la palabra), lo que vieron a lo largo y ancho de sus vidas, como los señores López Domínguez, Moreira, Carmona, y tantos que sé que los hay, que son enciclopedias vivas de Melilla. Al señor López Domínguez quiero agradecerle su amable envío de documentos, que para mí son como un tesoro, como para cualquier melillense, curioso amante de cuanto ocurría en nuestra ciudad en sus primeros balbuceos como ciudad moderna .
Cuando se lee una poesía sus palabras deben colmar todas las pasiones normales, elementales o comunes, es como la médula de la literatura. Eso es lo que yo, muy modestamente, pienso. A mí los versos que me inspiran ternura son los de un solo registro, a ser posible, coloquial, aunque sean monótonos y sentimentales, de lirismo limpio y sin refinamiento. Los poemas escritos en versos que se puedan leer en prosa son como los que el autor desea que sean entendidos; y todo ello sin que sobre ninguna palabra. En España todavía hay personas, yo me incluyo entre ellas, que la memoria permanece intacta, intentando ejercitarla lo mejor que podemos, según lo que nos depara el transcurso de nuestras vidas. El amigo al que me refiero comentaba que las espadas debían ser como las de la planta asfódeles (qué nombre tan raro), la que tiene su flor en forma de espada; qué iluso y qué lírico, como toda buena persona. Hablamos de cosas, como el sentir los deseos de consolar a Dios en vez de rezarle, porque, en éstos tiempos tan llenos de guerra y de violencia sin sentido alguno, lo ves tan triste y tan afligido, o la cosa tan simple de sentir pena al cortar una flor pensando que su herida pueda dolerte a ti. Yo creo, le dije, que si pronunciamos palabras de hierro creyendo que algún día se conviertan en oro, estamos equivocados; ésas palabras siempre serán de hierro, y a veces al rojo vivo de una fragua. Todas las palabras que deseamos encastrar en un verso suelen llegar cuando menos se les espera. Entran sin llamar con la armonía propia de la belleza de la poesía que tú deseas que sea leída con fruición. Hace muchos años, de recién casados, en compañía de mi esposa melillense, y recordando a nuestra Melilla, escribía unos versos que dicen: “Melilla, ciudad nuestra, / cual gaviotas que navegan, / te damos alientos de amor / con sus blancas alas saladas / sobre tu cielo azul añil / desde ésta orilla andaluza”. Los de nuestra época o generación tuvimos el privilegio de haber conocido la década de los 50, y la de los 60 con sus “luminosas” críticas contra el franquismo, inútiles antes de salir a la luz por la desidia de algunos y por el miedo de muchos. También era cosa de poesía contestataria para unos pocos. Nos conformábamos con poco; habíamos aprendido a tener poco; éramos los niños de la posguerra, más bien la generación que no vio la Guerra Civil, pero por desgracia, nuestros padres sí que la sufrieron.
Reciban un saludo


Juan J. Aranda

Málaga 28 de abril de 2003

Poemas Abril 2003

          POEMAS ABRÍL 2003

Las farolas de Melilla
Con la luz del amanecer
Apagadas están de madrugada.
En el Hernández florido
Las altas palmeras ríen
Cuando el azahar y la albahaca con el aire
se besan  en sus pensiles cerrados.

                ( Un día de guardia en la Comandancia Militar allá en 1965 )



Aquellos años son una imagen
Que el tiempo no ha borrado
Son los recuerdos de mi niñez melillense.
Los días claros de hoy
con aquél azul de mi infancia siempre
convergen en mi paraíso inventado,
el de mi amanecer a la vida,
mi ciudad,
mi Melilla.


                                                   Melilla 1997   V Centenario



Melilla que fuiste de guerras
La hija del dios Marte
Hoy eres la blanca marinera
Que orgullosa le cantas
A tu cielo con amor,
Entre tus calles sin laberintos,
Desde tus floridos parques
El Hernández y mi Lobera.

Dedicada al señor don José María López Domínguez, incipiente y entrañable amigo, de memoria enciclopédica e historia viviente de nuestra ciudad.

Una opinión sobre el futuro conservatorio 21/04/2003

               UNA OPINIÓN SOBRE EL FUTURO CONSERVATORIO

     El 16 de abril de 2002, o sea, ahora hace un año escribía yo desde éstas páginas que el antiguo mercado de la calle Margallo debería ser rehabilitado para albergar un teatro, o un auditórium, o una escuela de arte, o un museo, en fin, un edificio emblemático que sirviera para que los melillenses podamos, al menos los que residen en la ciudad, disfrutar de algo tan simple como es la cultura mezclada con la belleza de las artes, como por ejemplo: la música.  El 31 de marzo de éste año puedo leer, para mi satisfacción desde la distancia, que la señora directora provincial del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes (tiene mas títulos que las cofradías de Málaga) informó a los sindicatos de enseñanza que el antiguo Mercado Central podría albergar el Conservatorio, el Centro de Adultos y la Escuela Oficial de Idiomas.   Ya sé que lo que yo pedía hace un año, ni siquiera me lo leyeron, por mis humildes escritos, o porque estoy en ésta otra orilla, y como dice la canción : “ .....dicen- que- la- distancia- es- el- olvido”; que no es mi caso, ni como el de muchos melillenses que residimos fuera.  El caso real es que cuando leí la noticia en sus letras grandes, de verdad que me alegré muchísimo, pero cuando comencé con la entradilla y pude leer la palabra: “podría” acoger esos centros de enseñanzas, ese “podría” ya me bajó un pelín el listón de la euforia; qué quieren que les diga.  Pero bueno, algo es algo, ahora hace falta que salga un empecinado como yo, alguien pesado y no pare de dar la vara, el tostón o el coñazo, como gusten, con el rollo del Mercado Central y el Conservatorio y no sea algo que podamos pensar en las tontas palabras como son: demagogia electoral.  Por lo menos que se enteren los responsables de la cosa pública, como se enteraban los vecinos de la Cañada (Castelar) cuando los niños de las calles adyacentes íbamos arrastrando las latas por toda la cuesta de la calle Bernardino de Mendoza, frente a la Casa del Cura, el Domingo de Resurrección; eran los años gloriosos del pan con aceite y azúcar, ¿verdad que sí, cincuentones y sesentones?.  
     Yo recuerdo de los tiempos en que arrastrábamos aquéllas latas por Castelar y Sagasta, por poner un ejemplo, a muchos mayores que solían preguntar a los niños qué es lo que querían ser de mayores;  siempre mi respuesta era que deseaba seguir siendo niño, que para mayores estaban ellos, para educarnos y protegernos, no te fastidia.  Ahora, a ver si los mayores actuales, y responsables, como digo, de la cosa pública, se arman de valor y remozan una de las calles mas céntricas y emblemáticas de Melilla con la remodelación de ese vetusto edificio en bien de la cultura, que bastante falta hace en todas partes, y así los que pintorrean los edificios, las estatuas y las murallas del Pueblo les dé algo parecido a la vergüenza, si es que la tienen, o rubor en sus jetas, que sí que las tienen, digo sus jetas.  
     El Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, el señor Blasco López, veo que se queja, como cualquiera que ame nuestro Patrimonio, con mayúscula, por el abandono de muchos edificios y murallas de El Pueblo y pregunta qué hace al respecto la Fundación Melilla Monumental.   A mí, al igual que a muchos melillenses, nos gustaría saber, a ser posible, solamente por curiosidad, aunque sea un poquillo imprudente, con perdón, ¿qué es esa fundación, ¿qué es lo que representa, ¿qué obligaciones tiene con respecto a la conservación de nuestro recinto histórico o Patrimonio Histórico de la Ciudad.  Si les parece y les abruman tantas preguntas, resúmanlas en una sola, la que sea me sirve.  Para los que no lo saben diré que desde el 11 de agosto de 1953 El Pueblo, Rusadir o Melilla la Vieja es declarada Monumento Histórico Artístico. Pero  lo que más despierta mi curiosidad, aunque nos flagelemos con el látigo de la “roedora envidia insana” de algunos, a otros les importa un bledo (qué palabra más rara): ¿qué sueldos tienen las personas que están obligadas a preservar y tener bonito el recinto de El Pueblo, y arreglar las losas que se rompen o que se levantan; ¿quién manda limpiar los muros que ensucian los guarreras pintamonas o pintaestatuas.  Por favor, no lo digan así a lo pronto, porque si los sueldos son como los del docente que ejerce allende nuestras fronteras, a algunos nos va a chirriar los piños de eso, de purita envidia.
     Yo conocí hace bastante tiempo a un señor de Cabrerizas que decía que había nacido pegado a una nariz; ya se pueden imaginar el apéndice de mocos que portaba encima de su boca; pero a pesar de eso recitaba a Quevedo : “ De narices , no me quejo, /que buen pedazo me dió /  (.....) La boca tampoco es rana, / que si me río, por Dios,/ que del puente toledano / parece el ojo mayor ”.  Como era un cachondo romántico, igual que algunos de mi “cuerda melillense”, decía que Melilla con nombre femenino tiene la hermosura de una gran dama española.  Pues eso, a ver si entre todos la cuidamos que falta le hace.
     Reciban un saludo.


                                   Juan J. Aranda

                                   Málaga 21 de abril de 2003      

Otra reivindicación para Julio Moreno 13/04/2003

     OTRA REIVINDICACIÓN PARA DON JULIO MORENO

     Como ya saben ustedes por mis enésimas peticiones para que el nombre de mi maestro de música, don Julio Moreno, figure en una calle de nuestra ciudad, la callada de las Autoridades y Excelentísimas, como bien dice Garbín al referirse a los que mandan en la Ciudad, es la repuesta que recibo desde que empecé a dar la vara con el tema.  Bueno, ¿saben una cosa?,  pues que ya tengo un buen aliado, y al parecer potente; me refiero a la Asociación de Estudios Melillenses, por voz de su Presidente, José Luís Blasco López.  Desde esta orilla yo sabía, con mis humildes escritos llenos de cariño hacia don Julio, que era como mojar los labios a un sediento, o darme cabezazos contra uno de los marmolillos de la calle Duque de la Torre.  De momento, la A.E.M. me ha dado un buen vaso de agua de Trara o de Yasinen, aliviándome la sed, y esperemos a ver el resultado de los pasos que darán por los relucientes pasillos del Palacio de Enrique Nieto nuestros amigos de la Historia de nuestra ciudad.
     Por si alguno de ustedes no lo conoció en vida, o no sabe a quién me refiero, les diré, resumiendo un poco quién fue don Julio Moreno Rodríguez.  Me remontaré a los años cincuenta, que fueron los de mis inicios y primeros balbuceos musicales, al igual que fueron para otros que hoy rondan entre los cincuenta y los setenta tacos de almanaques.  Las distintas generaciones de músicos que ha dado Melilla, si no recuerdo mal, excluyendo a los militares que ya venían destinados, y aunque peque de vanidad, salieron de las filas de la Banda Infantil de la O.J.E., sita en la calle de Medina Sidonia, actual Francisco de Miranda, nº 10, calle donde existía la famosa “Tienda de los Niños”, que ya me gustaría saber el origen de ese nombre.  Me imagino sería por la cantidad de chaveas que tendría la dueña. Ya verán cómo alguna alma caritativa y conocedora del tema lo plasma en estas páginas para que nos enteremos todos; venga y ánimo, a ver si desempolvamos anécdotas y curiosidades de nuestra Melilla.  Bueno, siguiendo con don Julio, les diré que algunos que peinan canas pertenecientes a la actual banda y orquesta de la Ciudad fueron sus alumnos-educandos en el Mantelete; algunos empezaron martirizando un tambor a baquetazos y escupiendo en la boquilla de una corneta en San Lorenzo; más tarde y con los conocimientos de solfeo que tan pacientemente don Julio nos enseñaba, salíamos con un instrumento adecuado a nuestros labios y a nuestros “corpulentos” cuerpos.  Por ejemplo, a los mas canijillos les plantaba en sus manos un requinto, un clarinete o una trompeta ya que los bombardinos, los trombones y las tubas o helicones estaban destinados a los que, aparentemente, parecían mas fuertes.  Humildemente debo decir que desde un principio empecé con un trombón; Castillo, el niño que vivía al final de Explorador Badía su instrumento era el bombardino; a Paco Roldán le endiñó la tuba o el bajo y era capaz de tocar unas  czardas con el mismo instrumento, ¡qué tío mas bueno, mi amigo Paco!; a Luís Jiménez le dio un fliscorno, sacándole un sonido tan suave como su persona, ya que era un niño bueno, no un buen niño; a mi primo Juan, el de mi tía Virginia, un canijo todo nervio, le tocó la trompa, y en un solo de una partitura de Weber con el mismo instrumento hizo que don Julio lo izase encima de la silla para que el público del Parque Hernández lo viese y aplaudiese su actuación; Paco, el de Ana María, que así se llamaba su madre, que vivía en la última casa de la calle de Castellón, esquina a la escalera de Bernardino de Mendoza, bordaba el “Sitio de Zaragoza” como los propios ángeles.  Todos ellos siguen practicando el arte de la música, a mi me quedó el amor por ella y mis conocimientos que son como un sello en seco que jamás se borran. Y como éramos tantos y no podría nombrarlos a todos, con éstos buenos amigos de la infancia, sirva de muestra lo que don Julio hizo por mi generación.  Me consta que anteriores a la nuestra también formó a grandes músicos.  Y lo mas grandioso de todo es que no cobraba ni un duro; los instrumentos pertenecían a la O.J.E., sí señor, a la Falange, que era lo que había entonces, y que más de un militante de izquierda y de derecha actuales pertenecieron a la misma y jugaron al parchís, al ajedrez y al billar en el edificio de los sindicatos, C.N.S., Casa Nacional Sindicalista, a la que muchos guasones decían: Comemos Nosotros Solos.  Bueno, pues eso era lo que nuestro maestro de música nos enseñó, aparte de las elementales leyes de la urbanidad que olvidábamos del colegio y de lo que nuestros padres nos enseñaban en nuestras casas.  Recuerdo que su sufrimiento constante era que muchos niños no comían lo suficiente para “soplarle” al instrumento, invitándoles, muchas veces a unos bocadillos en la misma “Tienda de los niños”, o en el bar del antiguo Cuartel de la Policía, o en el de la Guardia Civil.
     Gracias a José Luís Blasco, Presidente de la A.E.M. que me envió el estupendo callejero de Melilla, podemos ver en la página 440 a  Napoleón con su mano metida en la barriga y su famoso mechón en la frente.  A mí me parece una ofensa que el general que invadió mi País y que causó tantos muertos tenga una calle en mi ciudad, Melilla, la única de toda España que le tiene rotulada con su nombre.  De verdad que me da mucho coraje, y creo que a mucha gente de bien le ocurrirá igualmente. Y yo me hago éstas  preguntas : ¿Quién tuvo esa idea tan negativa de rotular con su nombre una calle de Melilla?. ¿Es que no hubo nadie, hasta ahora, para darse cuenta que el nombre de Napoleón está a escasos quinientos metros de la plaza que lleva los nombres de los héroes que fueron martirizados en Madrid, Daóiz y Velarde?.  ¿Es que nadie ha leído algo del 2 de mayo de 1808 ?; ¿es que nadie ha pronunciado o ha escuchado la famosa frase: “Aquí se va a armar la del 2 de mayo”?.  Pues los que verdaderamente la armaron y murieron heroicamente fueron los oficiales artilleros don Pedro Velarde y Santiyán y don Luís Daóiz y Torres que fueron los que hicieron frente, desde el Parque de Artillería de Madrid, a las tropas francesas del General Murat. Yo les recomiendo que lean los volúmenes de los “Episodios Nacionales” de Galdós: “La Corte de Carlos IV”, “El 19 de marzo y el 2 de mayo”, “Bailén”, “Napoleón en Chamartín”, “Gerona”, “Cádiz”, “La Batalla de los Arapiles”, “Juan Martín <El Empecinado>” y “Zaragoza”.  Sobre el famoso Sitio que impusieron las tropas de ese general a la ciudad maña, como sabrán, existe una obra musical que todo el mundo conoce y que a muchos se nos pone la carne de gallina al escucharla solemnemente.  Cuentan  referente a la entrada y salida de los franceses de la Península que dice que estando en un bar unos españoles tocando una guitarra, unos franceses les rogaron que se la prestasen para tocar la marcha triunfal que hicieron cuando entraron por los Pirineos en España; pero al terminar, cuando terminaron su actuación, los españoles les pidieron que tocaran la marcha de su salida de la Península, y viendo que los gabachos no la sabían ni tenían idea, los españoles le quitaron la guitarra y a porrazos y a guitarrazos los echaron del local diciéndoles : “Así salisteis de España, a estacazos”.  Como verán esto es solo una historia chauvinista (palabra francesa) inventada.  También cuentan que durante la autopsia de Napoleón, los forenses se quedaron con su pene (qué gente tan rara) y en 1977 lo subastaron y fue adquirido por un urólogo por 600.000 pesetas, y solo para presumir de tener el tubito meón de Napoleón; pero lo mas gracioso es que ese tubito, porque realmente sí que era un tubito, solo medía 2,54 cm..  ¡Pobre Josefina!, lo que debió de aguantar.
Así pues, ¿saben lo que les digo?, que vayan cambiando el nombre del general bajito que no paraba de esconderse la mano en la barriga por el de mi maestro de música, que ya está bien, ¡hombre!, por favor.
A los de la Asociación de Estudios Melillenses, y muy particularmente a mi amigo José Luís, les ruego que no abandonemos a don Julio, que aparte de ser un gran músico y un excelente compositor, fue un hombre bueno para con todos los que les rodeamos mientras vivió.
¡Ah!, se me olvidaba, debido al amor que sentía por Melilla, compuso una partitura titulada :”Aromas del Parque Hernández”.  
Reciban un cordial saludo.

                                   Juan J. Aranda
                                   Málaga 13 de abril de 2003

Apoyo a Elgarra por los desmanes del cementerio 13/04/2003

     APOYO A ALGARRA POR LOS DESMANES DEL CEMENTERIO
     
Hace unos días leía  todo lo que escribe Eladio Algarra en “La Imagen y el Verso”  cada domingo en sus poemas llenos de amor a nuestra ciudad, como aquéllos “Estorninos y Golondrinas sobre el cielo de Melilla”, que tan merecido primer premio recogió aquí en Málaga por su melillísmo tan sincero en todo lo que escribe.
     Esta vez le ha tocado sacarse de su alma unos versos desgarradores que me han hecho sentir una emoción en lo más hondo de mi corazón.   Dice que en el Cementerio de la Ciudad ha habido unos desmanes perpetrados por unos desalmados que han destrozado nichos y tumbas.  Su desazón le acongojó de tal manera que se limitó a dar cuenta de tales hechos en su largo poema publicado que mucha gente debiera tomar buena nota, y muy particularmente los cobardes, más bien rufianes, que se dedican a destrozar todo lo que no va con sus ideas.  La violencia de esta gentuza es el miedo a esas ideas que tenemos la mayoría, y también a la poca fe que tienen de ellos mismos.  A esta gente, como a los verdugos, siempre se les reconoce por tener el rostro lleno de miedo.  Algarra con su pluma tan honrada lo dice todo lleno de un lirismo emocionante que te hace recordar a tus muertos que descansan en esos patios tan floridos y silenciosos: “ ..... Perfiles al desnudo muestran retorcidos cerebros / pisoteando intimidades de tu noble naturaleza /ínfimos guiñapos y ruines fieras...(...)... sucia hornada convertida en banderías siniestras”.  Y al final dice : “ ¡Que no estas sola!. Te defienden de aires arteros, / la pluma del poeta, las voces honestas, / hoy como ayer en duelo por los mártires momentos; / sigue, pues, acunando con tu serena belleza, mármoles y cruces de nuestros muertos, / el dolor del Camposanto, sus heridas abiertas”.  
     Sobre estos desmanes, de verdad que alguien debiera tomar buena nota; y digo buena nota porque es raro la familia residente en la ciudad que no tengamos un ser querido enterrado en ese cementerio de héroes.  Y los que residimos fuera nos sienta como una patada en salve sea la parte cada vez que leemos algo sobre hechos tan lamentables, como las veces que han intentado profanar el cementerio hebreo. Mi amigo Rafalito hubiera dicho que los autores de esas salvajadas son unos cabrones.  Me consta, por amigos y familiares, que el Cementerio de la Purísima sigue pareciendo un jardín, con alguna que otra tumba derruida y también algunas losas rotas, que los familiares no reponen, ni se preocupan, allá ellos; pero a las de los héroes que dieron sus vidas por nuestra ciudad y que tan olvidados están a veces, creo que su conservación le pertenece a los responsables de la Ciudad.  Cualquiera que la recorra, ahora que tan de moda está ser un andarín callejero, como alguna Autoridad Excelentísima (como dice Garbín) se le ha podido ver en zapatillas deportivas, que tome nota de los nombres que están rotuladas sus calles.  Solo me referiré a los nombres de los héroes, sí señores, a los que murieron por ella y su españolidad.  Algunos cuerpos fueron trasladados a sus ciudades de origen, como el del Cabo Noval, a Oviedo, pero otros aún siguen sepultados en el nuestro de la Purísima, como el General Pintos, el General Margallo, el Teniente García Cabrelles y tantos otros que no habría espacio para nombrarlos al igual que los pertenecientes a los restos del antiguo Solar de la Tahona, inaugurado el 15 de octubre de 1763 cercano a la batería de la Concepción, que luego fueron trasladados al de San Carlos (actual Hotel Ánfora), el 3 de abril de 1788, y exhumados todos el 22 de febrero de 1904 y enterrados en el patio de las “Ánimas Benditas”, al pié de las escaleras del “Angel”donde mi madre me enseñó a rezarles cada vez que lo hacía a su padre muerto.  Uno de los motivos por el que es llamado “Cementerio de Héroes” es porque muchos de los que allí reposan desde hace varios siglos lo fueron en la defensa de esas murallas que hoy admiramos todos, y que no se nos debe olvidar nunca, debiendo ser transmitido a todos los niños en las escuelas, sean de la raza o religión que profesen; y a los desinformados y algún que otro poseído de desidia, siendo éstos los más peligrosos, por eso, por su absurda desidia, para que jamás olviden a su ciudad, Melilla, que es la que actualmente admiramos todos.  No hay nada más facilón y cobarde que maltratar y censurar la memoria de los muertos, como hacer pintadas en el mobiliario urbano, que es costeado con nuestros impuestos, sin dar la jeró, más bien jeta (busquen la acepción que más les guste).  Y si a alguien esto le parece una arenga chauvinista y patriotera, me importa un bledo.  A los muertos, hayan sido de la raza, religión o signo político que lo fueron en vida, deben ser tratados con el máximo respeto.      
     Reciban un saludo.


                                   Juan J. Aranda

                                   Málaga 13 de abril de 2003    

Los tangos del viejo y el bastón y un chisneto de Redoli 15/04/2003

     LOS TANGOS DEL VIEJO DE LA BOINA Y EL BASTÓN Y UN CHISNETO DE REDOLI     

     Hace unos días presencié, mas bien escuché, cómo un señor mayor le reprendía a un joven, inmigrantes argentinos ambos, por su forma de hablar tan característica, y aparentemente amigos, diciéndole que era un lunfardo; el otro le contestaba que se equivocaba, que el no era ningún boludo y mucho menos un lunfardo.  El caso es que se marcharon juntos comentando el joven, muy airado, que no volviera a llamarle más lunfardo.  La palabra me sonaba  de cuando el viejo de la boina y el bastón solía cantar, porque el tío te cantaba unos tangazos, con unas letras arrabaleras, que te quedabas “cuajao”; y si eran las zarzuelas, se sabía cualquier romanza de ellas, y cuando te recitaba a los clásicos de un tirón, me parecía que bromeaba, de lo serio que resultaba aparentar.  Me decía que en el “Consé-lanuí ”, que imagino sería el cabaret  que existió en Melilla allá por los años veinte del pasado siglo llamado “Concert- La nuit”, (perdonen mi francés) él se marcaba unos tangos sin pagar un real.  Lo decía por las boletas que había que entregárselas a las señoritas (tanguistas) que se dedicaban a bailar con los caballeros.  No sé si en las hemerotecas locales de aquéllos años en Melilla se podría encontrar el nombre de “La Cachabera” -por lo de cachaba o bastón-; el caso es que esa señorita, según el de la boina y el bastón, bailó con él en ese cabaret tan popular.  “La Cachabera” fue a Melilla a actuar por unos días y creo que se quedó por varios meses en nuestra ciudad.  
     Por lo visto el señor mayor le estaba llamando al joven algo así como ratero, pero lunfardo, aparte de ser un ratero también tiene otra acepción, y es una jerga hablada en los bajos fondos porteños de Buenos Aires, y ahí ya me vino a la memoria los tangos que se marcaba el viejo cuando leí hace unos días en la biblioteca una nueva revista mensual llamada “Clio”en la que en su número de enero de éste año viene una breve historia de la ciudad de Buenos Aires, y claro entre ello figuran Gardel y los tangos porteños, y en un recuadro, que me entretuve en copiar para ustedes, pude leer la letra del famoso tango que me deleitaba el viejo y era así : “Al dinero dicen tela; ostentación es escombro; ayudar, poner el hombro, y la guitarra, vigüela.  Son las piernas paralelas; derrochar es patinar; el encajar es chantar; a la muerte dicen parca; al adinerado oligarca, y es acusar ortibar (.... ) Es la mentira bolaso, y la paliza, marimba; a nada o no dicen minga; caña fuerte, cañonazo.  Limpiar pasar el lampazo; la mujer linda, bombón; es el imbécil güevón; un discurso es un espiche; las cosa lindas son chiches, y el temeroso, cagón...” .  De lo que jamás se me olvida es de un acertijo que siempre recitaba con su voz risueña y guasona, pero muy bondadosa : “Verde ha sido mi nacer, blanco ha sido mi vivir y amarillento me puse cuando me tocó morir” .  Perdonen si no les revelo el acertijo; si se lo digo ya deja de serlo, y creo que muchas personas lo sabrán y hasta lo comentarán.
     Y ahora un chisneto de Redoli:

     EN CLASE DE HISTORIA ANTIGUA
Hallábase un alumno en gran aprieto
hablando del atuendo del romano:
“Casco dorado y recio, espada en mano,
ancho espaldar detrás, delante el peto,

sandalias con correas sujetadas,
calzón o braga atada en serpentín,
fabricada en esparto (o albardín)
y, como es natural, medias moradas.”

“¿Medias moradas? – pregunta el profesor-,
la media es un invento medieval;
y, además, te has pasado en el color...”

“No, señor profesor –dice el chaval-,
unas bragas de esparto dejan rotas
-también, medias moradas- las pelotas”.

     Reciban un saludo.

                                        Juan J. Aranda

                                        Málaga 15 de abril de 2003







Algo sobre el callejero de Melilla 05/04/2003

               ALGO SOBRE EL CALLEJERO DE MELILLA


     José Luís Blasco López, Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, ha tenido la amabilidad y la gentileza de enviarme un callejero de Melilla titulado : “Historia de Melilla a través de sus calles y barrios”, editado por la asociación que él preside y patrocinado por la Ciudad Autónoma de Melilla (Sociedad Pública V Centenario de Melilla S.A.) .  Al señor Blasco siempre le estaré agradecido por el gesto que ha tenido de remitirme, por correo certificado, uno de los libros referente a mi ciudad que, de verdad, me ha emocionado.  Que quieren que les diga, si soy así de romántico y agradecido con todo lo que representa mi ciudad.  Las personas que tienen el privilegio de poseer un volumen de éste callejero deben saber que tienen un tesoro histórico en sus manos, y lo digo como profesional de Correos (jubilado) que ha estado bregando con callejeros, libros de códigos postales, antiguos y modernos, y jamás me he encontrado con uno tan completo y explicativo como el que Blasco me ha enviado.   Cada calle que figura en el callejero con un nombre, al lado se puede ver la fotografía de la persona o del edificio a que se refiere .   Uno que es un curioso con respecto a los nombres de las calles de nuestra ciudad, siempre me intrigó los que ha llevado la actual Teruel, calle que he correteado desde que mis ojos vieron la luz.  Verán, como todos los antiguos vecinos de esa calle saben, siempre se le llamó calle Duque, por el General don Francisco Serrano Domínguez, Duque de la Torre; pero lo que siempre me intrigó fue el nombre que la bautizaron en la II República : “Nakens”.  Lo pongo entre comillas porque es tal y como figura en el callejero.  Y mi pregunta es: quién o qué fue “Nakens” para que Melilla rotulara una calle con ese nombre .  Mi madre me decía que a la calle Duque, en la República le pusieron un nombre muy raro.  El de la boina y el bastón porfiaba con su cuñado que el nombre de Teruel “se lo colocaron los nacionales a finales del 40”, por la batalla que se libró en la ciudad aragonesa, y no por la ciudad en sí.  Otra reflexión que puede ser una pregunta a contestar por los eruditos y bien puestos en la historia de nuestra ciudad, que sé que los hay, como el amable  señor López Domínguez con su portentosa memoria de vivencias y conocimientos en hechos acaecidos en la ciudad durante su vida.  
     El callejero es riguroso en todos los aspectos y no ha tenido más remedio que incluir en sus páginas 439-440, la figura de Napoleón.  En síntesis se puede leer quién fue el personaje, y al final donde está situada la calle que está rotulada con su nombre: ubicada en la falda de Camellos, teniendo la entrada por la parte posterior de la antigua Escuela Normal.  Hasta ahí todo bien, pero mi pregunta ahora va a los responsable de las rotulaciones de nombres de calles.  Hace varios meses yo preguntaba a esos mismos responsables: cómo puede ser que el nombre de un General que invadió nuestro País, que nos impuso a su hermano José Napoleón, “Pepe Botella”, por lo borrachín que era; que Goya inmortalizó a los mamelucos pasando a cuchillo al pueblo de Madrid, y que tantas matanzas hicieron sus tropas en aldeas y pueblos de toda nuestra geografía; cómo fue, quién pudo tener la idea tan absurda y tan descabellada, y para que tenga mas guasa la cosa, que sea la única ciudad de España que tiene su callejero rotulado en una de sus calles con el nombre de Napoleón.  Y si desean comprobarlo que cojan un código postal actualizado de Correos y lo busquen; perderán el tiempo, se lo aseguro, porque no lo encontrará en ningún sitio.  Si a los de Bailén o a los de Zaragoza, “... Y entre los muertos siempre habrá una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde”.  Por poner un ejemplo, si los ediles de estas ciudades aprobaran la rotulación de una de sus calles con el nombre del general corso,  creo que les armarían tal bronca peor que las que les están liando a los del PP por lo de Irak.  
     Y al hilo de los callejeros, aquí en Málaga, en Correos, hace treinta años, unos pocos carteros nos dedicamos a recopilar los nombres de las calles que figuraban en el barrio de nuestro reparto, logrando  editar, con mas esfuerzo que ayuda, un librito donde sus calles se podían localizar alfabéticamente con solo mirar el índice.  Mas tarde en el Ayuntamiento se dieron cuenta de que era absurdo que unos carteros urbanos (antes éramos urbanos) pudieran sacar unas pesetas para el Fondo Común de la Cartería, que era como un banco en miniatura, donde se concedían préstamos sin interés a los tiesos, dado los “sueldazos” que nos llevábamos cada mes; y en cada 12 de Octubre, día de nuestra Patrona, Virgen del Pilar, nos juntábamos en cualquier restaurante para comer y pasarlo lo mejor que podíamos con el sobrante de las cuotas y de las ventas de los callejeros, que nosotros vendíamos a todo el mundo.  Y yo como también soy así de preguntón, a ver si cuela en la Consejería de Cultura, le hago la siguiente sugerencia a dicho Consejero, que sé que es un hombre culto y que además le encanta la música clásica, y que toca el órgano como los ángeles; y que conste que no es pelotilleo.  Lo que propongo es la confección de una GUIA a la que  fuera unida un PLANO-CALLEJERO donde todos los visitantes que llegaran a Melilla pudieran saber, por un precio módico la Historia de la Ciudad; como pueden ser la Gastronomía tan rica y variada de las cuatro culturas; los Teléfonos mas importantes y urgentes; los Medios de Comunicación; los Cines y Teatros; los Hoteles; los Transportes, etc., pero eso sí, que las calles estén bien planificadas para que nadie se pierda y sepa en todo momento donde se encuentra (pero, por favor, quiten a Napoleón, ¡eh!).  Tengo que decir que la Guía de Málaga, los datos que he citado están en varios idiomas, pero sobre las calles, les aseguro que nadie se pierde, y es solamente un librito de 15 x 9 x 1.  Como podrán ver las dimensiones son de tamaño de bolsillo y bastante práctica para las necesidades de cualquiera.  Las distintas ediciones son exclusivamente hechas por el Ayuntamiento de Málaga; las de Melilla podrían financiarse con los anuncios en la misma Guía de comercios e industrias de la ciudad, y si los que mandan en el Palacio de la Plaza de España no desean hacerla, porque no sea “viable” (palabra de políticos) que sean los de la Asociación de Estudios Melillenses quien la edite, que son, a mi juicio, los que están más preparados, pero siempre que sea con la ayuda de los que mandan en la cosa del “tmenyat”, “parné”, “guita”, ergo dinero, porque me imagino que las arcas de dicha Asociación estarán faltas de unos pocos, o muchos, euros.  De lo que no están faltos es de ánimos para ese trabajo; siendo los que día a día no paran de buscar y rebuscar datos y más datos para enriquecer el patrimonio histórico de nuestra ciudad.
     Y para terminar diré a los que pintarrajearon la fachada donde está ubicada la Asociación de Estudios Melillenses, personas de diminuto escroto y gran cobardía, les remito a lo que el hombre de “La Mochila”, el señor Labordeta llamó a los señores diputados del PP en el Congreso de los Diputados.  Si les parece una grosería, que se jodan, por jilipollas; porque el nombre de Melilla y todo lo que se refiera a su historia, como a las personas que la cuidan con sus esfuerzos, deben ser tratados con el máximo respeto.
     Reciban un saludo.

Juan J. Aranda
5 de Abril de 2003

miércoles, enero 04, 2006

Una reflexión sobre la actual guerra 30/03/2003

                           UNA REFLEXIÓN SOBRE LA ACTUAL GUERRA



     Había un señor, vecino de mi barrio que parecía tener anteojeras, sin ver lo que ocurría a ambos lados de su cara; como los caballos que arrastran los coches de “punto” en el parque de Málaga; como los mulos que no paran de dar vueltas a una noria para sacar agua de un pozo, jamás se desviaba del camino trazado, siempre iba en línea recta, la suya, claro está.  Se llamaba Servando, pero todo el mundo le llamaba don Servando, el astur, por ser asturiano.  En su juventud tuvo una cantina en un poblado del Protectorado, creo que era Tistutin, en la segunda década del siglo pasado, cuando ocurrió lo del Desastre, como muchos antiguos se referían a aquél año. Su esposa era la señora Casilda, la modista, muy devota y de comunión casi diaria.  Muchos domingos se la podía ver con su cabeza tocada con un  velo negro de luto cuando bajaba por la antigua y neoclásica escalera del Sagrado Corazón con bastante ánimo cada domingo para oír la misa de las doce.  La subida solía hacerla por la cuesta del Kursaal y descansando en la murallita de la aguada frente a la primera puerta chica del parque Lobera. Entonces no estaba el Auditórium.    
     Al señor Aznar, Presidente de nuestro Gobierno, lo considero como a don Servando; de verdad que se ha puesto sus orejeras y no va a parar en destrozar su partido; lo que es la Unión Europea la ha dejado hecha unos zorros.  Los franceses, nuestros aliados ocasionales, y los de siempre, los alemanes (por lo de Carlos I nuestro, y V de ellos) ya casi ni nos miran a la cara. Y no digamos de nuestros hermanos de las Américas, que  ha hecho que en Méjico nos vuelvan a llamar Gachupines, lo que hacía varias décadas no nos decían.  Si la memoria no me falla, no hace tanto tiempo se podía leer en las paredes de todas las ciudades de España el eslogan: “Vamos a más” de su partido mayoritario que ha votado en el Congreso por mayoría (y con aplausos incluidos) a favor de la entrada en la guerra.  Yo humildemente creo que sí van a más, pero en una dirección equivocada, o sea, a peor, y en contra de la gran mayoría de los españoles .   El 93 % estamos en contra de la guerra, el 83% dice que es necesario que la ONU recupere el papel que tenía en el mundo, el 89 % dice que esta guerra es injusta, y así poco más o menos es lo que los españoles opinamos al respecto. También un vecino de Linares, ha presentado una denuncia contra el señor Aznar en el juzgado por meternos en la guerra contra Irak; y muchos vecinos de Motríl y de Almuñécar lo han secundado (El País 30/03/03).  También son ganas de armar más follón. Yo creo que estos señores del Gobierno van a peor por varias razones; por lo del “Prestige”, que tampoco parecían enterarse de nada, cuando algunos se entretenían cazando y pescando, mientras que Galicia se hundía en la mayor catástrofe de la historia; también por ésta guerra tan injusta, como todas las guerras, y por no estar abanderada por la ONU, como la del 1991, y también por decir que el Gobierno no tiene problemas de conciencia, cuando el resto de los españoles sí que los tenemos; en esto de los problemas de conciencia vamos juntos muchos de distintas opiniones políticas, incluidos concejales del PP, que ya se han despedido de sus compañeros. Antes que el señor Aznar y sus asesores lleguen a más de verdad, le ruego que cambie de dirección política para que seamos un poco más felices y así muchos y buenos amigos, militantes del PP, que tengo en ambas orillas vuelvan a sentirse orgullosos de pertenecer  a ese partido.  Ya sé que no me va hacer ni caso, y quizás ni me lea, pero espero que alguien le haya enseñado la fotografía de la niña iraquí con las piernas destrozadas por una bomba de su amigo Busch a la que un señor lloroso e impotente lleva en sus brazos sin saber como ayudarla y atenderla.  Hace unos días se podía ver en “El Mundo”, en primera página, que también hay que tener estómago para publicarla así, en la primera página.  “El País”, la ha publicado en el suplemento dominical del día 30, en sus páginas interiores, que también tiene mala “bají”. No sé si deontológicamente han pecado contra la ética de la información y esas cosas, lo que sí creo es que tardará mucho tiempo en borrarse la imagen de mi memoria.  
Hay veces que cuando leo o escucho comentarios en los medios de comunicación de todos los signos políticos pienso que la democracia a todos los partidos políticos o instituciones sociales llama calumnias a las verdades de sus adversarios y justicia a sus correligionarios, aunque éstos no lleven razón y sean unos auténticos pelotas.  
             Los brasileños, aparte de bailar la samba y jugar muy bien al fútbol, tienen un proverbio que dice: “La tierra no tiene sed de la sangre de los soldados, sino del sudor de los hombres”.  
Pues eso, a ver si algunos de los asesores del señor Aznar le ponen la fotografía de la niña iraquí encima de su mesa de despacho para así hacerlo cambiar de parecer y sacarnos del atolladero que nos ha metido y ya verá cómo los votos a su favor subirían como la espuma para envidia de la oposición.
Reciban un saludo.


                                   Juan J. Aranda
                                   Málaga 30 de marzo 2003

Algunas preguntas y un chisneto de Redoli 30/03/2003

ALGUNAS PREGUNTAS Y UN CHISNETO DE REDOLI

     Según Adolfo Llanos Alcaraz, en “Campaña de Melilla 1893-1894” al fuerte de Rostro Gordo dice que se le debió llamar: Rastro Gordo, porque éste es el nombre de la altura en que está asentado el fuerte.  ¿Es esto cierto?.  Pregunto a quien pueda responderme. De verdad que muchas veces estas cosas me convierten en ratón de biblioteca en el que muchas veces no me como ni un pedacillo de queso rancio, como éste del fuerte.  A la ensenada de los Galápagos también se le llamó de Los Viejos.  Lo de los Galápagos está claro porque puede que hayan existido en otros tiempos, pero los Viejos; qué motivo tuvieron para llamarle así.  Yo recuerdo de cuando nos bañábamos en los cincuenta en esa misma playita, pero nadando desde la Alcazaba, que decían que había un lobo marino entanado debajo del cuartel de la Policía Armada (hoy Nacional).  Otra palabra que en la Península no la he escuchado nunca es “entanao”, estar en un lugar a gusto y tranquilo, símil de estar un mero u otro pez escondido en una cueva submarina. Mi amigo Rogelio Jiménez guarda un negro recuerdo de aquéllos baños ya que quedó cojo por una caída desde una altura de varios metros sobre una roca frente a la Muralla Real en la Alcazaba.  La palabra Morigerado dice Miguel Tello Amondareyn en “Ceuta llave principal del Estrecho” que quiere decir : Moros que viven en la frontera; y en mi Espasa, no en el gabacho señor Larrouse, dice que es una persona bien criada y de buenas costumbres.  Yo me inclino por mi amigo Espasa, por hacer patria más bien, porque Amondaryn escribió ese libro en el siglo XIX y creo que buscaría la similitud de “Moro” con “Morigerado”, que no tienen nada que ver una cosa con la otra.  Como anécdota sobre Ceuta leí hace años que en nuestra ciudad hermana a finales del XIX existían varias publicaciones como El Africa, El Heraldo de Ceuta, El Progreso, El Sinapismo y El Orates.  No me digan ustedes que el que escribiera en El Orates debió tener mas guasa que El Risitas de Sevilla; pero el que lo hiciera en El Sinapismo sería como una mosca cojonera, que se mete con todo el mundo.  Otra cosa que siempre me intrigó es la frase de mi abuela, la madre de la mía.  Cada vez que iba a su casa, y eso era cada día a todas horas, y me veía tan lavado y reluciente, con las orejas coloradas de tanto frotarme mi madre (criarás patatas en los soplillos me decía),  “Ven hijo mío que te eche agua de olor”, y no era otra cosa que colonia de baño corrientita de la tienda de Hamido.  Pero mi abuela como era muy de Málaga ella, solía cantar por lo bajini una cancioncilla que decía : “Bañóle todo su cuerpo/ con agua de toronjil; /hízole cama de rosa,/ cabecera de alhelí”.  Por lo visto existe un bálsamo hecho con hojas y flores de toronjil que se utilizaba como perfume y remedio tónico, también llamado de Los Carmelitas.   Para muchas personas evocar los tiempos de niñez, de colegio o de mili, son un poco caóticos.  A mí, y perdonen la inmodestia, me resultan facilillos, y a veces hasta divertidos.  Como muchas de las frases que decía mi maestro de música, don Julio Moreno, que ya volveré a la carga para que le dediquen una calle: “Ese fliscorno está necesitado de alimento, está asmático perdido, hijo mío”.  Todo era porque el niño que lo tocaba se ponía nervioso y no le salía el suave y dulce sonido de ese instrumento, que ni es trompeta ni trombón.  Aquél niño tenía 10 años y se llama Luís Jiménez, hermano del accidentado Rogelio y del batería de la actual banda municipal, Pepe Jiménez.   El viejo de la boina y el bastón, que tenía tan olvidado, otro cachondo como el pobre Rafalito, me decía siempre que la palabra Ayuntamiento es una de las pocas del diccionario que contiene las cinco vocales.  Y ustedes dirán que qué tiene que ver eso de las vocales; pues por curiosidad, solamente curiosidad que a mucha gente le gustará saber.  Me contaba que fue uno de los pioneros que llegaron a Melilla a principios del siglo pasado.  Fue el que me dijo que conoció al dueño del hotel-restaurante Asia que existió en el Polígono frente al bar “La Oficina” de José el Montañés, donde te ponía una sola aceituna de tapa por cada vaso de vino que te tomabas.  Decía que el llamado Asia era por el Regimiento del mismo nombre de un señor que sirvió en él a finales del XIX, y enterándose de que en Melilla había follón a principios del XX se plantó en la ciudad como voluntario, siendo rechazado por la edad.  Pero puso su hotel-restaurante y lo bautizó con el nombre de su regimiento.   Años mas tarde, ésta anécdota la pude comprobar en “Melillerías” de Constantino Domínguez, llevándome la grata sorpresa de que era real la historia, como todas las que me contó mientras vivió.  
     Y ahora un chisneto de mi amigo Redoli:
     TRES MUJERES QUE ENTRARON EN UN CEMENTERIO
Tres mujeres que viajan en un coche,
De vuelta de un congreso-exposición,
deciden detenerse en un rincón
Y hacer un pis en medio de la noche.

Una de ellas descubre casualmente
Una lápida fría. ¡Vaya espanto,
Sin querer se han metido en un camposanto!.
Así que huyen las tres rápidamente.

Con las bragas apenas colocadas
Se meten en el coche a toda prisa
Y regresan a casa y al marido.

Sin que el cuerpo les llegue la camisa,
-temiendo que las tomen por chifladas-
no cuentan la experiencia que han vivido.

Se encuentran los maridos otro día
En el bar de costumbre, y el primero
Se expresa de este modo tan sincero:
“A saber donde estuvo mi María

la noche que volvía del congreso
pues vino con las bragas del revés.”
El segundo apostilla: “Pues, tú ves,
Mi Pepa regresó a casa sin eso.”

El tercero se arranca vehemente
Al tiempo que consume su bebida:
“Pues lo mío, en verdad, no tiene pase:

A mi Lola le hallé, precisamente,
Un lazo entre las bragas con la frase:
Recuerdo de tu Juan que no te olvida.”

     Reciban un cordial saludo

                                   Juan J. Aranda
                                   Málaga  30 de marzo de 2003




Agradecimiento 17/03/2003

                    AGRADECIMIENTO

     Desde estas páginas que tan gentilmente me brinda este periódico cada semana deseo de todo corazón agradecer a todas las personas e instituciones la publicación y la amable acogida de mi “Breve Cronología de Melilla”.  
A Joaquín González, Consejero de Educación, el munífico valedor que cita Ricardo Redoli en el prólogo, que humildemente declinó ser el verdadero prologuista.  Paciente ante el teléfono por mis continuas llamadas para lograr el nacimiento de la “criatura”, ya que sin su apreciada, desinteresada y amable ayuda no hubiera sido posible el “parto”.  También de la presentación por él del libro ante la prensa, dado mi ausencia de la ciudad.  
A Ricardo Redoli, catedrático de Filología Francesa de la Universidad de Málaga, y futuro rector de la misma, el prologuista y corrector, igualmente paciente y solícito ante mis consultas intempestivas; autor de los “Chisnetos”(chistes hechos sonetos) que pueden leer de vez en cuando en estas páginas.  
A  Juan Garbín, que me llama poeta porque a veces oigo con nitidez la música en mi alma, como el viento de mi niñez volar por las calles de Melilla.  
A nuestra directora, Irene Flores, por su amable reseña del libro y permitirme volcar mis recuerdos llenos de amor hacia nuestra ciudad desde estas páginas.  
Al equipo de coordinación de este periódico, Nicolás, Algarra, Conde Polo y Ginés, que me honran cuando me llaman compañero de hábitos literarios, cuando solo soy un autodidacta que todo lo que escribo sobre mi ciudad está teñido de vivos recuerdos en mi memoria guiados con el cariño de hijo bien nacido.  Ya me gustaría secuestrar el alma de la persona que me lee, entonces sería un honor, y como ya digo, solo soy un junta-palabras.  
     Al melillense Antonio Abad, premiado poeta, mi editor y consejero literario en Málaga.
     A mi sobrino Antonio Madrid, fotógrafo, autor de varias fotografías que ilustran el libro. Y como no a mi esposa melillense Ana María, y a mis hijos Francisco y Juan que con tanto amor y cariño me han ayudado en la búsqueda y recopilación de datos, convertidos en ratoncitos de bibliotecas y haciendo que ellos, aunque son malagueños de nacimiento, sean melillenses adoptivos.  
     Al amor puedes olerle la piel y todo lo que él emana, como la armonía del sentimiento que le hace entrega al corazón y no puedes verle la cara; pero a los libros, cuando se leen, hay que ponerles un rostro, el que crea el lector, ya sea bonito, feo, agradable o desabrido.  Solo pido que cuando me lean pongan una cara amable, porque lo que escribo lo hago con el corazón pensando siempre que la literatura, la que sea, debe ser como vasos comunicantes entre todas las personas, y en este caso todo lo que de Melilla escribo, ya sean hechos históricos, ya sean anécdotas jocosas, todo ello sale desde lo más profundo de mi alma.  Para mi, nuestra ciudad, es la auténtica y musicada con sus jardines y sus calles sin laberintos; es la poética y descarnada sin ninguna mezquindad; es la zurcidora de gratos recuerdos unidos a la vida actual a la que intento darle el color que deseo; y de verdad que siempre me sale el mismo: el azul de su mar, como el de su bandera.
     A todos, muchas, muchas gracias y un sincero abrazo.

                                   Juan J. Aranda
                                   Málaga 17 de marzo de 2003



  

































      

Sobre estatuas y camposantos 17/03/2003

                         SOBRE ESTATUAS Y CAMPOSANTOS

     Al señor Pedro Alfonso Moreira le leo cada artículo que escribe, y créanme que me encanta, por lo ilustrativo y pedagógico que llega a ser.  El del domingo día 9 en sus “Temas Castrenses” y refiriéndose a los monumentos madrileños me he quedado con el de nuestro Cabo Noval, el que toda Melilla conoce por la calle que lleva su nombre en el Tesorillo.   Ya sé que el señor Moreira no tiene espacio en éstas páginas para ampliar todo lo que sabe del Cabo Laureado, y yo que soy un amante perpetuo de la historia de nuestra ciudad, y concretamente de la vida de los protagonistas que la defendieron durante siglos; y también como amateur curioso de la historia, y autodidacta enriquecido por el “vicio” de la lectura, y sin desear enmendar la plana al señor Moreira, ni mucho menos, he llegado a pedir a mis amigos Cristina y Sergio (gracias por el “picadillo astur”), asturianos de Oviedo, afincados en Torremolinos, propietarios de “Toldos Intecsol”, que me indicaran si en la capital del Principado existe alguna estatua del Cabo Noval.  Ellos, jóvenes amables, con su dulce acento asturiano llamaron a sus familiares en mi presencia y estos les comunicaron parte de lo que yo ya sabía de su paisano; que nació el  16 de noviembre de 1887 en la calle Santa Susana nº 10, muy cerca de otra  que lleva su nombre; que era ebanista,  y que falleció heroicamente la madrugada del 28 de septiembre de 1909, en Beni Sicar recibiendo por este hecho, a título póstumo, la cruz de segunda clase de la Orden Militar de San Fernando, con la pensión anual de 400 pesetas. (Real Orden de 19 de febrero de 1910).  Pero lo que ignoraba me enriqueció bastante.  Por lo visto en el cementerio El Salvador de Oviedo, situado en un cerro cercano a la capital, existe un monumento escultórico del Cabo Noval.  Y ahí fue cuando me picó la curiosidad de ratón de biblioteca.  Consultada la revista “España en sus Héroes” en nuestro cementerio de la Purísima existe una lápida en su tumba, que ya me gustaría saber dónde está situada, que dice : “ Diste tu vida por la Patria escribiendo hermosa página de gloria en la historia del invicto ejército español como buen hijo y mejor patricio, ¡Cabo Noval en Africa! ”.  También me agradaría saber si los restos del héroe fueron trasladados a su ciudad natal o siguen en Melilla.  Lo mismo que ocurrió con los de otra heroína, Agustina de Aragón y Doménech, que según el Espasa dice que se cree murió en Melilla en fecha desconocida, cuando  realmente falleció en Ceuta y cuyos restos fueron trasladados a Zaragoza hace varias décadas.  Porque si en el de Melilla existe un lápida que dice ser su tumba y en el de su ciudad natal hay un monumento a su memoria, mi pregunta es: ¿dónde está enterrado?, y si sus restos fueron trasladados a Oviedo, ¿cuándo ocurrió dicho traslado?.   Sobre la estatua que dice el señor Moreira que hay en la Plaza de Oriente de Madrid, ésta misma revista dice que fue sufragada por la condesa de Bureta y varias damas madrileñas, descubriéndola SS.MM los Reyes el 7 de Junio de 1912.  En el pedestal se puede leer : “Iniciado por mujeres españolas se eleva este monumento a la gloria del soldado Luis Noval. ¡Patria, no olvides nunca a los que por ti mueren! ”.  
      Señor Moreira, aunque personalmente no tengo el placer de conocerlo, le ruego siga escribiendo como lo hace y deleitándonos con sus conocimientos castrenses, que son tan didácticos e ilustrativos que muchos niños de nuestras escuelas en Melilla debieran aprender.  Y algunos que peinamos canas, también.
     Reciban un saludo.  

                    Juan J. Aranda                                  Málaga 17 de marzo de 2003
                    

EL canto de Labordeta 10/03/2003

          EL  “CANTO” DE LABORDETA AL  PP Y OTRO  CHISNETO



A José Antonio Labordeta, diputado de la Chunta Aragonesista, (porqué se dice Chunta y no Junta) no se le puede decir que sea una persona tímida ni pusilánime.  Lo digo por el caudal de vocablos que usó en el Congreso de los Diputados cuando los diputados del PP, con recochineo y a voz en grito le decían que dejara la mochila, por su protagonismo en la serie geográfica-educativa de televisión “Un país en la mochila”; además era cerca de la una de la madrugada, y ya llevaban bastantes horas de debate.   “¿No puede uno hablar aquí o qué? , coño, a ver si uno no puede hablar aquí. A la mierda, joder.  Estoy hablando con el ministro y no con ustedes.  Ustedes están habituados a hablar siempre porque aquí han controlado el poder toda la vida y ahora les fastidia que vengamos aquí a poder hablar las gentes que hemos estado torturados por la dictadura.  Eso es lo que les jode, y es verdad, joder.  ¡A la mierda! “.  O sea, que los mandó a la mismísima mierda por dos veces.  La señora Margarita Mariscal de Gante, del PP, que en esos momentos presidía la sesión dijo, dirigiéndose a los diputados gritones y cachondos : “Señorías, permitan que el señor diputado desarrolle su intervención ”.  Yo sé que a mucha gente no les hizo gracia, a mí si que me hizo sonreír, y cada vez que lo ponen en televisión lo hago con todas mis ganas, lo mismo que el “manda huevos” de Federico Trillo cuando era Presidente del Congreso.   Habrá personas que estas palabras les suenen a palabrotas malsonantes y faltas de comedimiento o carentes de cortesía.  Pero no me negarán ustedes que unas expresiones tan españolas, pronunciadas en todas las capas sociales, y mas aún en el Salón donde se debaten cosas que nos atañe a todos los españoles no tienen su mijita de gracia.  Que sí, que esas palabras son groseras, y más en el sitio donde fueron pronunciadas; de acuerdo, pero quién no se ha enfadado cuando se recochinean de uno sin dejar que se exprese como Dios manda, y para mas guasa, decirle que coja “la mochila”.   Yo recuerdo a otro diputado extremeño, del PP; el que Rodrigo Rato ignoró su mano al ir a saludar, el que le regalaron un reloj cuando lo de Gescartera y que luego tuvo que devolverlo, que le hizo un corte de manga desde el hemiciclo al que fuera candidato del PSOE, cuando éste hablaba desde la tribuna, al mas puro estilo tabernario, y no pasó nada.  ¿Dónde andará éste hombre que no se le oye? . Yo creo que la cortesía no cuesta nada pero gana mucho cuando la practicas.  
Y ahora un chisneto de mi amigo Redoli, de un francés, un inglés y un español :

Un francés, un inglés y un español
Discutían en tono acalorado
Acerca de un abuelo renombrado
Por su altura cercana a la del sol.

“Mi abuelo-dijo el galo con jactancia-
la punta de la torre Eiffel tocaba
con sólo alzar el brazo y le sobraba.
No hubo nadie mas alto en toda Francia.”

La trola del francés era increíble,
Mas el inglés decide superarla:
“Mi abuelo con su mano era capaz

de tocar una nube y de apresarla.”
Aunque el reto parece harto imposible,
El español se muestra el más procaz:

“¿Recuerda si tu abuelo, el de la nube,
-le pregunta con una sonrisita-
la notaba, al tocarla, muy blandita?”

“Oh, yes –le dice el guiri.” Y se le sube
la honra al español que dice al lelo:
“¡Esos eran los huevos de mi abuelo!”.






Reciban un saludo.


                         Juan J. Aranda

                         Málaga  10 de marzo de 2003

Reflexiones sobre una agresión 03/03/2003


                         REFLEXIONES  SOBRE  UNA  AGRESIÓN


     Creo que fue Kant el que dijo : “ Si te comportas como un gusano ¿ con qué derecho te quejarás cuando te aplasten ? ”.  Digo esto, por lo de gusano más bien, y por lo que leo el viernes 21 de febrero en este periódico : “ Jóvenes musulmanes insultan en un cine de la ciudad a varios judíos que llevaban la “kipa” puesta en la proyección de la película ´El Pianista` ”.  Yo me pregunto, así, a lo tonto, como los orates, pero en voz alta; desde la altura que se divisa sobre ésta atalaya del periódico: si hubiese sido al contrario, qué hubiese ocurrido si a personas respetables musulmanas les hubieran insultado otros que leen el Tora en la sinagoga de López Moreno.  Qué es lo que hubiera pasado, con la tela que está cayendo en la actualidad en este mundo mundial.  Esta gente inculta que vocifera contra otras personas que no comulgan con lo que ellos creen, desconocen lo que significa la palabra libertad.  A la libertad primero hay que aceptarla tal cual, después ponerla en un plano y estudiarla a fondo con tus vecinos, también los que profesen otras religiones, o los adversarios políticos, o con Pepito el de los Palotes, y al final disfrutarla, pintándola uno del color que más le guste.   “La libertad, querido Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos.  Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad se puede y debe aventurar la vida ”.  Creo que Cervantes no iba muy mal descaminado cuando lo dijo.  Yo sé que los energúmenos e incultos, mas bien jilipollas, que rebuznaron en la proyección de la película no leerán éste periódico pero por sí algunos que los aplauden y se regodean de sus maldades; a éstos les digo que la Libertad –lo pongo con mayúsculas porque es una palabra solemne- no es poder actuar como a uno le salga de su bolsa escrotal, ergo cojones, arbitrariamente, sino la capacidad, si es que la tiene, que lo dudo, de hacerlo con sensatez.  Y menos mal que la prensa es como la artillería de la libertad y cada cual dice lo que cree mas conveniente, como el derecho de decirle a la gente aquello que no desea oír.  Anda que no se mosquean algunas personas cuando leen algo en los papeles que no es de su agrado.  
A propósito sobre lo que se espera de la guerra contra el sátrapa  bigotudo con el fusil abanderado, Sadán Husseín.  El alemán Gunter Grass, el de “El tambor de hojalata”, ha llamado también sátrapa a nuestro presidente Aznar, y eso es pasarse bastante; no creo yo que nuestro presidente sea lo que significa esa palabra, mas bien yo lo llamaría vanidosillo que no ve ni manifestaciones contra el chapapote, ni contra la guerra, ni contra otras cosas que están ocurriendo en el País.    A raíz de la visita de Aznar a Méjico para convencer a su presidente que vote a favor de la coalición de EE.UU., Gran Bretaña, España e Italia, los mejicanos vuelven a llamarnos “gachupines”; expresión peyorativa  que desde hacía mas de veinte años no nos llamaban allí.  “¡Viva Méjico, y mueran los gachupines! ”, decían entonces.  Gachupín es un mote que le llamaban al español establecido en América.  En estos días habría que recordar al inolvidable Gila y sus monólogos tan simpáticos con su sempiterno teléfono negro que no hacían daño a nadie mofándose, en éste caso, de la guerra : “Hola, ¿es ahí Bagdad? pues que se ponga Sadán, y no me digan que no está, que es muy grave la cosa. Hola Husseín, mira, déjate de tonterías que tengo aquí al Busch, al Aznar y al que no nos quiere devolver el Peñón, sí, hombre, el Blair.  Bueno, pues me están diciendo que como no te largues te van a dar una paliza que ya verás tú lo que es bueno; y tus misiles, ya te puedes imaginar dónde te los van a meter”.  Y así, poco más o menos, sería el monólogo de Gila.  Yo creo, como decía Erasmo de Rotterdam, que a esa guerra como a todas debieran ir los demagogos (“eruditos Demóstenes”) para que arrojen sus espadas y sus escudos en el campo de batalla .  Pienso que todas las guerras, sean las que sean, destrozan los espíritus de las personas, siendo la salida a los problemas que han creado los gobernantes del mundo entero y no han tenido los cojones de solucionarlos en la paz; quizás, a lo mejor no han querido hacerlo .  El intelectual francés, Paul Valéry, decía : “ La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen para provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran ”.  Desde luego que los filósofos te hacen estrujarte la masa gris para que puedas llevar con fortaleza y tranquilidad los avatares de la vida diaria; y casi todos tienen la virtud de dar en la diana como Homero, que decía: “ Los hombres se cansan antes de dormir, de amar, de cantar y de bailar que de hacer la guerra ”.  
Pues por eso : ¡¡ NO  A LA GUERRA !! .
Reciban un saludo.


                              Juan J. Aranda

                              Málaga    




































Algunos chisnetos prestados 24/02/2003

     ALGUNOS CHISNETOS PRESTADOS

     Cuando alguien escucha un chiste que no tiene la menor gracia contado por una persona llena de salero, adornándolo con  florituras, como el de los garbanzos de Paco Gandía, o los del fallecido Eugenio, todo él serio y vestido de negro con su vaso “vertical” lleno de güisqui y fumando mas que un apache mosqueado: “¿ Saben de aquél que díu...? ”.  Yo tengo un gran amigo, don Ricardo Redoli, catedrático de francés en la Universidad de Málaga que lleva editado tres volúmenes de chistes convertidos en sonetos, titulados: “Chisnetos” que tienen la gracia por arrobas, como decía mi abuela María, la madre de mi madre; la de mi padre también se llamaba María, pero a ésta casi no la conocí.   Consultado a mi amigo Redoli si me daba permiso para que saliese publicado en este periódico, previa autorización de nuestra directora, de vez en cuando algunos de sus chisnetos, me ha concedido plena libertad diciéndome que lo que él publica es para que lo lea todo el mundo; ¡olé, ahí! .
     En su introducción del primer libro dice que es una idea nacida en 1996, en Córdoba, durante un encuentro de profesores que conformaban un Tribunal de Filología Francesa del que él formaba parte.  La buena acogida de la idea y el resultado de los chistes en verso, conformando la composición poética por excelencia, le animaron a continuar con la idea.
     El “chisneto”, según Redoli es un término nuevo al que ha llegado mediante la composición de dos vocablos mutilados (chiste y soneto) .  “Quiero permitirme dar mi propia definición del género para bálsamo y lenitivo de investigadores y pensando, sobre todo, en la inclusión del vocablo en la próxima edición del Diccionario de la Lengua Española”.  Yo creo que así debiera ser.  Dice que es una “composición jocosa, basada en un chiste popular o chascarrillo, escrita en verso endecasílabos siguiendo la estructura tradicional del soneto y en la que es frecuente la inclusión de varios de ellos, formando parte de la historia que se cuenta.  He evitado caer en la tentación de recrear el chiste verde y he huido, sistemáticamente, de lo obsceno, aunque no de lo picante. Aun así me he visto obligado a usar expresiones y vocablos que pueden herir la sensibilidad del lector, que, no obstante, si se identifica con la buena fe del libro, sabrá exculpar mi liberalidad ”.
     Los colores de los chisnetos son del abanico del arco iris, pero Redoli los pinta tan bien que todos parecen del mismo color.  Espero les gusten y sonrían disfrutándolos.     


Tras sentirse unos días indispuesto
Decide el tío Lucio visita
Al médico del pueblo, un titular
Recién incorporado al docto puesto./

El médico en consulta de rutina,
Le pregunta los síntomas del mal.
“Tengo nauseas, doctor, estoy fatal;
me mareo y me huele mal la orina.”

La mujer, cuando sale su marido:
“¿Qué te ha dicho el doctor?” –pregunta a Lucio,
inquieta por la duda y por la espera.

“Pues que tengo el estómago muy sucio.”
Y emite su consorte un gran gemido:
“Pues, si te llega a ver los pies, te opera.”


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Ocurrió que un gitano con su gente
Llegaron a un mesón muy conocido.
Se hartaron de entremeses y cocido,
De carne, de pescado y pan caliente.

Al tiempo de pagar dijo al gerente:
“Mi gente estaba hambrienta y ha comido.
Pero no tengo un duro.” Decidido,
Llama el dueño a la poli urgentemente.

La espera se alargó mas de una hora.
Cerca ya las seis dice el gitano:
“¿La poli va a venir, o trae demora?”

“¿A usted que más le da? ¿ Me va a pagar?”
-responde el del mesón-. Dice el fulano:
“Es que los niños quieren merendar.”




Reciban un saludo.

                                   Juan J. Aranda
                                   Málaga 24 de febrero de 2003


















En recuerdo de mi amigo don Rafael 24/02/2003

          EN RECUERDO DE MI AMIGO DON RAFAEL (RAFALITO)



     Mi amigo don Rafael, Rafalito, el anciano tertuliano que tantos momentos gratos pasábamos juntos, ha fallecido.  A pesar de los “permisos” que le dispensó su amigo el sepulturero.  Hasta para eso tenía gracia.  La maleta de sabiduría que yo le pedía que me abriera de vez en cuando se la ha llevado consigo.  Solo tengo los apuntes; pobres notas que recopilaba durante nuestras conversaciones.   Se ha ido sin molestar a nadie, con su bastón y su sonrisa que contagiaba a todo el mundo.  Lo del bastón, me decía, que a él le gustaría que lo enterrasen con su cachaba, como otro anciano que vivió en Melilla durante ochenta años.   Nunca me dijeron el motivo ninguno de los dos pero al de Melilla siempre me lo imagino señalando al frente, con su voz dominadora, orientando algo ocurrido hace años en cualquier lugar de Melilla, eso si, todo lleno de razón, -cualquiera le contradecía- al mismo tiempo que se acaricia el mostacho.  Otras veces lo veo guiando a su mujer llena del cruel Alzheimer : “María, por ahí no, hija mía, que te caerás”.   A mi amigo Rafalito lo veo elegantemente vestido, apoyado en su bastón, caminando torpemente en busca de su esposa para ver si le dan permiso para visitarla en el lugar del cielo que reside en la actualidad durante una temporada, como decía medio en broma.  
     Decía que las deidades hermanas: Cloto, Láquesis y Átropos, se estaban peleando en el interior de su cuerpo.  La Cloto, que es la que siempre hila ya estaba despidiéndose de Láquesis, que es la que devana y la Átropos que es la que corta el hilo de la vida ya afilaba la tijera para cortar la suya.  “Juanito, el culo me huele a tierra”, me decía poco antes de morir.  Porqué muchos ancianos esperan la muerte con tanta serenidad.   Como sé que en éstos momentos no me pueden ver los que me leen, lo digo por el rubor que me causaría si así fuese, las torpes lágrimas que he vertido por la muerte de mi entrañable amigo han lavado en parte mi alma dejando entrar a Dios para que me alumbre un poco en esta obscuridad de pena.
     Siempre me repetía que el buen escritor debe secuestrar el alma del lector, hacerlo llorar o reír.  “A ti Juanito la aguja de la brújula de Melilla que siempre te está magnetizando, nunca la dejes que se oriente hacia otra parte”.  Me quería decir, según lo que leía de mis publicaciones en éste periódico, que siguiera la línea de mi amor por mi ciudad, a pesar de mi lejanía desde ésta otra orilla.
     En honor a éste venerable anciano citaré algunas anécdotas que me explicaba durante las interminables tertulias.   Rafalito, como todo buen cristiano, solía tomarse cada mediodía un vasito, no vaso, de vino tinto, diciendo que su cosecha ya se la había bebido hacía tiempo, hasta la parte de los ángeles, decía.   Esto de la parte de los ángeles me intrigó y a mi pregunta qué significaba esa parte me contestó con su característico cachondeo:  “Cuando un vino permanece mucho tiempo en la barrica, una parte se evapora. Es la llamada: <Parte de los Angeles>, y como tú bien sabes algunos no desean que esa parte se la lleven los angeles”.   Otra anécdota es sobre un hombre de su pueblo axárquico, cercano a Benamargosa, al que le llamaban : “Mosquito de Cuba”.  Este hombre era muy delgado y con los nervios a flor de piel; y por su delgadez y porque, según decían, sirvió en la guerra de Cuba, mucha gente creía que ese era el motivo de llamarle así, pero el verdadero motivo era porque era como un mosquito de barril, de cuba, de tonel, o sea que era un dipsómano empedernido.
     Don Rafael, mi gran amigo Rafalito, como sé que estás junto a mis padres, que imagino ya sois amigos, caminad juntos por ese cielo que todos anhelamos estar cuando la deidad Átropos nos corte el hilo de nuestra vida.
     Como tú bien decías, con tu retranca característica cuando leías las esquelas necrológicas y obituarios de algunos conocidos, espero verte mas bien tarde que pronto.  
Descansa en paz mi querido y sabio amigo.
Reciban un saludo


                              Juan J. Aranda López

                              Málaga  24 de febrero de 2003