lunes, enero 09, 2006

Reconocimiento a una buena labor 04/05/2003

RECONOCIMIENTO A UNA BUENA LABOR

En la página tres de éste periódico del 22 de abril, en La Diana de Irene Flores se pueden ver las fotografías de los ocho candidatos a obtener la presidencia de la Ciudad. Si se fijaron un poco en ellos verían que los ocho tienen una cara adusta y seria, más bien como si les hubieran pegado un susto en esos momentos. La única que aparentemente parece sonreír es la también única dama que hay entre ellos (debieran de haber más mujeres, y que se jodan los machistas); pero no se equivoquen que ésta señora también está seria. Yo imagino que éstas fotografías son de archivo y los candidatos no serán tan rígidos en los carteles que ya habrá repartidos por toda la ciudad, porque si son las mismas, la verdad, habría que pensarse antes de presentarse en sus despachos oficiales para solicitarles que le arreglen la acera de su calle; eso si es que alguno de ellos gana le carrera de los votos hasta el Palacio de Enrique Nieto. Desde aquí les deseo lo mejor, pero a algunos, y lo siento, es que no ganen. Yo, como habrán adivinado soy de izquierdas (la puntita nada más), otros lo son de toda la vida, y de derechas además.
En todas las fotografías que he podido ver de los distintos candidatos y políticos locales a lo largo de éstos años, a los únicos que les he observado una sonrisa, entre benigna y posamiento de mano en la cabeza “muy bien hijo mío, que Dios te bendiga”, como hacía el bueno de don Antonio, el cura que me confesó en mi primera comunión, uno ha sido el que ha pedido la dimisión de su cargo, eso sí, que sea después de las elecciones, ¿porqué?, sus razones tendrá, digo yo. Aunque no tengo el placer de conocerlo, la impresión que me da, solo un suponer, es si te lo encuentras en medio de una escalera, aparte del saludo de rigor, no sabrías si sube o si baja. Luego tengo otro, Joaquín González (Quino), éste es del signo contrario, que sí sonríe, pero que, según mis informaciones, ya no se presenta por su partido, el PSOE, y de verdad que es una lástima, naturalmente para la ciudad. El que lo sustituya, para que supere el listón que ha dejado, creo que lo tiene bastante difícil. Creo que en este mes de abril se va a inaugurar en el Tiro Nacional un centro para la mujer, que también servirá de ludoteca. También sé que de los mil estudiantes que recibían becas antes de que él fuera Consejero de Educación, ahora son tres mil los que pueden disfrutarlas. El asentamiento de las bases para la afición al teatro, de la veintena de centros de enseñanzas que tiene la ciudad, creo que trece de ellos disfrutan del Arte de Talia. Los jóvenes ya tienen un local donde pueden reunirse. En mis tiempos de niño nos reuníamos en el edificio de los Sindicatos a jugar al ajedrez, a las damas o al billar; después de mozuelo, era la Avenida, los dos parques y los guateques en donde los muchachos nos empecinábamos en que las chavalas bebieran licor de menta porque era un afrodisíaco y así poderles meter mano mientras bailábamos, si es que nos dejaban, claro está. El “Certamen de Relatos Cortos de Encarna León” que ha iniciado pienso que tendrán una larga vida literaria en la ciudad donde muchos autodidactas daremos rienda suelta a nuestras imaginaciones y alguna que otra parida intelectual saldrá publicada en esas páginas. Y otras cosas que se me quedan en la memoria por su privacidad.
Joaquín me va a perdonar si le pido que se presente otra vez, porque la efectividad en el cargo que ha desempeñado hasta ahora, para mucha gente en Melilla, ha sido la que menos ruido ha hecho. Joaquín es de esas personas que son amables sólo porque no saben ser de otra forma; también hay buenas personas y personas buenas; Joaquín es de estas últimas, un hombre bueno donde los haya.
Cuando uno se jubila de la empresa donde ha estado varias décadas dando el callo suelen homenajearle y darle una placa o un reloj con un diploma como recuerdo por su paso por la empresa en cuestión. No sé, pero si alguno de los colectivos que dependen de su Consejería le diese por hacerle un homenaje, aunque fuese una cerveza en el bar de la esquina, sería un detalle que él no olvidaría nunca. No se olviden de invitar a su compañero de Medio Ambiente, que también ha hecho lo suyo, y de paso les digo que a mí también me gusta la cerveza, por lo diurética que llega a ser, y ahora en verano aún más, aunque sea virtual, por la distancia, como se suele decir en estos tiempos.
Reciban un saludo.

Juan J. Aranda
Málaga 4 de mayo de 2003