sábado, agosto 26, 2006

ALGO SOBRE LA SUSPENSIÓN DE LOS SÍMBOLOS FRANQUISTAS Y UNA PETICIÓN SOBRE HORARIOS EN LOS ESTANQUES TANATORIOS 07/12/03


ALGO SOBRE LA SUSPENSIÓN DE LOS SÍMBOLOS FRANQUISTAS Y UNA PETICIÓN SOBRE HORARIOS EN LOS ESTANQUES NATATORIOS

Según El País el Ayuntamiento cántabro de Comillas, de 2.340 habitantes, (25.000 en verano), ha cambiado los nombres de las calles con resonancias preconstitucionales con los votos en contra del PP. La alcaldesa, la regionalista, María Teresa Noceda, dice que así homenajean a la Constitución. Esta mujer ha cambiado los nombres de Franco, José Antonio Primo de Rivera, General Solchaga, General Mola, por los de Constitución (la Pepa de 1812, y no la actual), Corro de Campíos, Antonio Gaudí, en su honor por la casa llamada “El Capricho” que el insigne arquitecto construyó para un amigo suyo, indiano millonario. Yo creo que el colectivo que quiere la supresión de los símbolos franquistas debe estar contento con esta noticia, pero insatisfechos con el nomenclator de las calles de Melilla. El Barrio de la Libertad con muchas de sus calles con nombres de falangistas es una incongruencia, que a mucha gente les molestará, pero ahí están, como la estatua de Franco a la entrada del puerto, que me dicen está otra vez de “grana y oro”; pintarrajeada sin razón alguna por unos jilipollas pintamonas que no tienen cojones de plantear democráticamente donde debe ser, la retirada de todos los símbolos del dictador, como ha hecho la alcaldesa de Comillas y no afear un mobiliario urbano que lo pagamos todos con nuestros impuestos, nos guste o nos disguste, y si no, que hagan hablar a las urnas. Creo que en la puerta del Instituto Nacional de Estadística, en la calle Luís de Sotomayor, no figura ningún símbolo constitucional, cosa que también es incongruente por ser un organismo oficial, y pienso que eso debe ser reparado. Ahí es donde también debe estar ese colectivo con sus reivindicaciones. Es mi opinión.
Desde estas líneas, y con toda la humildad y la modestia que puedan emitir mis palabras solicito, a ser posible, y si tienen a bién, de las autoridades que los estanques natatorios públicos, también llamados piscinas, abran una hora al día para los colectivos gays, otra hora para las lesbianas, otra para las mujeres judías, otra para las mujeres musulmanas, otra para las mujeres cristianas, otra para las mujeres hindúes, otra para los varones judíos, otra para los varones cristianos, otra para los varones hindúes, otra para los varones musulmanes, otra para los bomberos, otra para los funcionarios de Correos (los míos), otra para los policías nacionales, otra para los policías locales, otra para los de Hacienda, otra para los de Educación, otra para los varones inmigrantes (con o sin papeles), otra para las mujeres inmigrantes (con o sin papeles). Lo siento mucho, pero los políticos que se duchen en sus casas para que no sean molestados; que hay mucho pedigüeño por ahí, y no en una piscina, donde no se tiene por vestido nada más que un simple bañador, y como se suele decir: “Me has pillado en bañador y no tengo nada que darte”. Y como ya tenemos dieciocho horas cogidas, las seis restantes serán dedicadas a la limpieza y saneamiento riguroso de la piscina. Los que deseen acoplarse en los grupos de su sexo que más les agrade deben hacerlo pero nunca mezclados con el contrario. Por ejemplo: si a un varón vestido con bañador de los años cincuenta que se le note sus abultadas partes pudendas, o una mujer que lleve puesto uno modelo años veinte, que igualmente desea que su tetamen como sus carnosos muslos no sean observados por varón alguno, deben solicitar una hora indistinta y exclusiva para ellos en la ventanilla de eritrofobia, abierta en estos casos para personas ruborosas o pudorosas. ¡Ojo!, también queda terminantemente prohibido mear dentro de la piscina. Los meones serán cogidos infraganti al llevar el agua, aparte de la lejía que jode mucho los ojos, un producto químico que tiñe los meados de rojo, quedando alrededor del bañista meón o meona una aureola a la altura de su barriga, tipo flotador, que lo delataría al momento y sancionado con una multa de cuantía igual a un mal aparcamiento, que también jode lo suyo. Así que antes de introducirse en el agua, hay que mear lo que se tenga en la vejiga y pegarse una buena ducha, frotándose las axilas, los pies, por si alguna persona le huelen a Cabrales; pero lo más importante de estas duchas son la limpieza de las partes bajas y húmedas. Hay un bando a la sequía que el Alcalde de Madrid, el profesor Tierno Galván dictó en una de las épocas en que Madrid sufría la falta del líquido elemento, y dice así: “ Los madrileños, sin descuidar la curiosidad de sus hogares y el aseo de su cuerpo y partes en prevención de landres, incordios, bubas y tabardillos, habrán de medir con sumo tiento el agua en que aquéllos y otros menesteres empleen.” Lo de los tabardillos, landres, incordios y bubas no hay que tomarlo a broma porque son enfermedades muy jodidas y peligrosas, y si no, consulten a su médico.
Aquí queda mi humilde petición sobre las horas y los usos de baños en los estanques natatorios públicos.
Reciban un cordial saludo.


Juan J. Aranda
Málaga 8 diciembre 2003.