viernes, marzo 10, 2006

MELILLA PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD 24/08/03

MELILLA PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD. QUE ASÍ SEA, AMÉN

Me he enterado, por conversaciones de amigos y también porque lo he leído en este periódico, que el Convento de Capuchinos lo están reconstruyendo completamente. Al Callejón del Moro lo han dejado más limpio que una patena. Han sacado varios camiones llenos de tierra y basura y de papeleras oxidadas. En la calle de san Miguel han puesto orden y ya no se puede aparcar; “¡ posmalegro !” . Me dijo un buen amigo que han colocado cuatrocientas macetas en las ventanas de varias calles, y principalmente en la Plaza de la Parada. Los alrededores de la Iglesia lo han puesto en perfecto estado de revista. Lo han dejado todo “hecho un pincel”, como diría un amigo, encalando fachadas y arreglando desconchones, como si fuese a venir alguna autoridad desde la Capital del Reino para inaugurar algo en El Pueblo. Si todo esto es para justificar los sueldos de los señores de la Fundación Monumental “Ciudad de Melilla”, sea bienvenido, que para eso están. La gente lo verá, valga la redundancia, justificable en toda la extensión de la palabra. Yo digo que debieran estar perennes, constantemente, como un martillo pilón, como un martinete, justificando los sueldos que reciben del erario público en bien de la ciudadanía. Y anda que no se duerme bien cuando se tiene la conciencia tranquila y el deber cumplido. Mucha gente será desconfiada, que las habrá con la lengua recién afilada, que pensará que las plantas de las 400 macetas colocadas en las calles de El Pueblo acabarán secándose por falta de riego; cosa que pudiera ocurrir si el plan de choque se queda en aguas de borrajas y se olvidan a los pocos meses, pero si algunos vecinos, que los habrá, le dedicaran unos minutos al día para el riego de las macetas que se encuentran en sus ventanas y balcones, aunque sea a buches, más bien parecería un gran patio cordobés por el mes de mayo. Al Cesar lo que es del Cesar, y no queramos echarle las culpas a las distintas autoridades por la falta de cuidado de las calles; los vecinos estamos obligados a dejar nuestro espacio, nuestros alrededores donde vivimos lo más decente posible; en limpieza y decoro me refiero.
Si queremos que Melilla sea Patrimonio de la Humanidad - qué bonito sería y como cambiaría el status en la zona - , y como les jodería a algunos, ¡eh! . Pues eso, que se jodan. Desde estas líneas animo a las autoridades de la Fundación Monumental, ya que son las únicas que pueden hacerlo para que llegue ese momento; pero no solamente estas deben colaborar para que eso se lleve a cabo, que hasta ahora, al parecer, lo están haciendo bien; también los vecinos, sí señor, los vecinos deben colaborar con su educación, con sus buenas maneras, y denunciar a todo aquél que sea un maleducado, merdellón e impresentable. También habría que llamarles, en Román paladino, guarros, a los dueños de los perros que se cagan en la calle Mar Chica y alrededores de la calle de Cataluña y no recogen sus inmundicias. Lo digo por las quejas de J.M.M. en “Los melillenses nos dicen” al referirse: “No es normal que vayas andando por estas calles y te encuentres más de cuarenta caquitas de perro por la acera o que en algunas aceras estén encharcadas con los orines, con el consiguiente mal olor (y pulgas) que producen este tipo de situaciones”. También propone que los perros hagan sus necesidades en los descampados de la zona. Anda que los descampados, cómo quedarían. Con lo fácil que sería apropiar o acomodar en las avenidas con arboledas unos alcorques sin árboles, llenos de tierra donde los perros, por intuición a los olores de los meados irían a jiñar y a mear allí, y los operarios de la limpieza rastrillarían diariamente esa tierra llevando lo que sueltan los perros. Yo le diría a este señor que tenga paciencia y que esta sea su arma siempre, como el santo Job. Los verdaderos amantes de los animales, los que cuidan a sus mascotas por ser seres vivos, como un árbol, una abeja, una vaca o la planta de una maceta, que no una persona, como algunos de ellos creen, no dejan las fulañíes en la vía pública; llevan sus bolsitas y van detrás del animal para que este no ensucie nada público, y al decir público quiero decir que lo es de todos nosotros, que lo pagamos con nuestros impuestos cada año y que los ayuntamientos reciben parte de la tarta (Presupuestos Generales del Estado) para estas cosas, entre otras. Por eso le digo que tenga paciencia, que sean las autoridades las que se empleen en erradicar esa desvergüenza mierdosa de algunos dueños de amantes de los “amigos” del hombre, cuando lo que verdaderamente son amigos de ellos, sus dueños, que son los que les proporcionan los cuidados y la comida, naturalmente.
Por la galanía y el acierto que han tenido los de la Fundación Monumental “Ciudad de Melilla” con su plan de choque de limpieza de El Pueblo; porque nuestra ciudad sea más pronto que tarde nombrada Patrimonio de la Humanidad, que bien se lo merece; vaya desde mi humilde persona, en esta otra orilla, mi más sincera enhorabuena de melillense enamorado de su ciudad. Lo deseo de todo corazón.
Reciban un cordial saludo.


Juan J. Aranda
Málaga 24 de agosto de 2003