Anécdotas jocosas y un chisneto 22/06/03
ANÉCDOTAS JOCOSAS Y UN CHISNETO DE REDOLI
Como todo el mundo sabe, el 11 de febrero de 1873 se proclamó la Primera República Española y el 24 de ese mismo mes Estanislao Figueras y Moragas formó el gobierno republicano al ser elegido Presidente del Poder Ejecutivo. Más tarde renunció a su puesto y se tuvo que marchar fuera de España por el estado anárquico que había en todo el país. Todo eso es pura Historia de España, y viene en todas las enciclopedias; pero lo que algunas personas ignoran es que a ese mismo gobierno se le llamó el “Gobierno de los Pájaros”. Se le llamó así por las onomatopeyas figuradas en la pronunciación de los apellidos de algunos componentes de dicho gobierno, como Sorní, Pí y Margall, Juan Tutau, Eduardo Chao; que leyendo solamente sus apellidos : Pi, Tutau, Sorní y Chao, suena como a pájaros.
Los españoles, casi todos, somos: “Docto en pullas, cual mozo de camino”, como escribe Quevedo. Solemos usar refranes y nos divertimos en alterarlos; somos así de cachondones. Por ejemplo: “Pájara Pinta”. Esta es sinónimo de mujer astuta, y en algunas regiones también se les llama pelanduscas. “Menuda pájara (con o sin Pinta) está hecha la tía”. Sin embargo en la antigüedad, a las damas muy discretitas se les llamaba así por el juego de prendas que estuvo de moda hace siglos. El que vulgarmente siempre se le ha llamado el “juego de las prendecitas”, en el que robábamos algún que otro beso a las niñas. Dejándose ellas, las muy cucas, claro está.
Yo escuché de labios de una señora, de apariencia distinguida, decirle a un aparente caballero : “Dios debiera rubricarte con su firma en un cielo encapotado y que te mandaran al patio de los callados”. La aparente distinguida señora, con muy mala leche, lo que le deseaba al aparente caballero es que lo partiera un rayo, así, sin más ni más, pero muy finamente. Y también muy finamente lean uno de los chisnetos de mi amigo Redoli para que sonrían un poco con este calor del demonio que nos invade las dos orillas.
UN DEVOTO FRANQUISTA SE MORÍA
Habiéndole llegado ya su hora,
Un devoto franquista se moría
Y en esa situación final decía:
“Acércame la foto del Caudillo
que quiero despedirme en este trance
y ponla aquí cerquita que la alcance
que voy a darle un beso de tornillo.”
La esposa fue a buscarla sin tardanza
Viendo que el hombre estaba decaído.
Más, luego de buscar bastante rato,
Cayó que se perdió en una mudanza.
Y,así, sin pista alguna del retrato,
Fue a decírselo al pobre del marido,
El enfermo ante tal contrariedad,
Puso cara de pena y de quebranto
Y entre queja y dolor y algo de llanto
Le dijo a su mujer con levedad:
“Arriba en el tercero vive Soto,
fue sargento del Tercio Legionario
y es un hombre cabal y solidario,
pregúntale si él tiene alguna foto.
Dile que te la preste un momentito
para decirle adiós a su Excelencia
y honrarle con un beso, que me muero”.
La mujer recogiendo el encarguito,
armada de moral y de paciencia,
se fue a buscar al hombre del tercero.
El viejo militar la oyó un momento,
luego dijo con pena y con respeto:
“Esa foto se la llevó el sujeto
que me robó hace un año. Lo lamento.”
“¡Qué desgracia, que gran contrariedad!
-exclamó la mujer desconsolada-,
mi marido se muere y yo por nada
quisiera vulnerar su voluntad.”
El novio de la muerte, conmovido,
Le dijo a la mujer: “Tengo entendido
que vive en nuestro bloque una vecina
que trabaja en un club, en donde alterna,
y tiene tatuada en la entrepierna
la cara del Caudillo en tinta china.”
Dicho y hecho. Buscáronle la pista.
Si la joven quería, el moribundo
se iría tan contento de este mundo
tras cumplir su capricho de franquista.
Dieron con la muchacha y hubo suerte.
Y delante del lecho se plantó
con las piernas abiertas. Y el gachó,
que estaba ya a las puertas de la muerte,
Animóse y gritó: “Adiós Caudillo
te beso con respeto y obediencia,”
y al tiempo que decía su sentencia,
observó, por el rabo del ojillo,
tatuado en la pierna compañera,
a José Antonio Primo de Rivera.
Al hombre, la visión del falangista
le mejoró un poquito, francamente,
y por ello se expresó sinceramente:
“Político intachable, idealista,
instaurador de la Falange eterna,
¡Qué pronto te han echado en el olvido!.
Con este santo beso me despido”,
y le soltó otro beso a la otra pierna.
Pero estando en tan raro besuqueo,
vislumbró la prolífica pelambre
que cubría el entorno de aquél cono, con “ene”:
“Aunque sé que eres malo-dijo-y feo
y dejas a tu pueblo pasar hambre,
Fidel Castro, te beso...., y te perdono.”
Píntenlo del color que más les agrade y reciban un cordial saludo.
Juan J.Aranda
Málaga 22 de junio de 2003
Como todo el mundo sabe, el 11 de febrero de 1873 se proclamó la Primera República Española y el 24 de ese mismo mes Estanislao Figueras y Moragas formó el gobierno republicano al ser elegido Presidente del Poder Ejecutivo. Más tarde renunció a su puesto y se tuvo que marchar fuera de España por el estado anárquico que había en todo el país. Todo eso es pura Historia de España, y viene en todas las enciclopedias; pero lo que algunas personas ignoran es que a ese mismo gobierno se le llamó el “Gobierno de los Pájaros”. Se le llamó así por las onomatopeyas figuradas en la pronunciación de los apellidos de algunos componentes de dicho gobierno, como Sorní, Pí y Margall, Juan Tutau, Eduardo Chao; que leyendo solamente sus apellidos : Pi, Tutau, Sorní y Chao, suena como a pájaros.
Los españoles, casi todos, somos: “Docto en pullas, cual mozo de camino”, como escribe Quevedo. Solemos usar refranes y nos divertimos en alterarlos; somos así de cachondones. Por ejemplo: “Pájara Pinta”. Esta es sinónimo de mujer astuta, y en algunas regiones también se les llama pelanduscas. “Menuda pájara (con o sin Pinta) está hecha la tía”. Sin embargo en la antigüedad, a las damas muy discretitas se les llamaba así por el juego de prendas que estuvo de moda hace siglos. El que vulgarmente siempre se le ha llamado el “juego de las prendecitas”, en el que robábamos algún que otro beso a las niñas. Dejándose ellas, las muy cucas, claro está.
Yo escuché de labios de una señora, de apariencia distinguida, decirle a un aparente caballero : “Dios debiera rubricarte con su firma en un cielo encapotado y que te mandaran al patio de los callados”. La aparente distinguida señora, con muy mala leche, lo que le deseaba al aparente caballero es que lo partiera un rayo, así, sin más ni más, pero muy finamente. Y también muy finamente lean uno de los chisnetos de mi amigo Redoli para que sonrían un poco con este calor del demonio que nos invade las dos orillas.
UN DEVOTO FRANQUISTA SE MORÍA
Habiéndole llegado ya su hora,
Un devoto franquista se moría
Y en esa situación final decía:
“Acércame la foto del Caudillo
que quiero despedirme en este trance
y ponla aquí cerquita que la alcance
que voy a darle un beso de tornillo.”
La esposa fue a buscarla sin tardanza
Viendo que el hombre estaba decaído.
Más, luego de buscar bastante rato,
Cayó que se perdió en una mudanza.
Y,así, sin pista alguna del retrato,
Fue a decírselo al pobre del marido,
El enfermo ante tal contrariedad,
Puso cara de pena y de quebranto
Y entre queja y dolor y algo de llanto
Le dijo a su mujer con levedad:
“Arriba en el tercero vive Soto,
fue sargento del Tercio Legionario
y es un hombre cabal y solidario,
pregúntale si él tiene alguna foto.
Dile que te la preste un momentito
para decirle adiós a su Excelencia
y honrarle con un beso, que me muero”.
La mujer recogiendo el encarguito,
armada de moral y de paciencia,
se fue a buscar al hombre del tercero.
El viejo militar la oyó un momento,
luego dijo con pena y con respeto:
“Esa foto se la llevó el sujeto
que me robó hace un año. Lo lamento.”
“¡Qué desgracia, que gran contrariedad!
-exclamó la mujer desconsolada-,
mi marido se muere y yo por nada
quisiera vulnerar su voluntad.”
El novio de la muerte, conmovido,
Le dijo a la mujer: “Tengo entendido
que vive en nuestro bloque una vecina
que trabaja en un club, en donde alterna,
y tiene tatuada en la entrepierna
la cara del Caudillo en tinta china.”
Dicho y hecho. Buscáronle la pista.
Si la joven quería, el moribundo
se iría tan contento de este mundo
tras cumplir su capricho de franquista.
Dieron con la muchacha y hubo suerte.
Y delante del lecho se plantó
con las piernas abiertas. Y el gachó,
que estaba ya a las puertas de la muerte,
Animóse y gritó: “Adiós Caudillo
te beso con respeto y obediencia,”
y al tiempo que decía su sentencia,
observó, por el rabo del ojillo,
tatuado en la pierna compañera,
a José Antonio Primo de Rivera.
Al hombre, la visión del falangista
le mejoró un poquito, francamente,
y por ello se expresó sinceramente:
“Político intachable, idealista,
instaurador de la Falange eterna,
¡Qué pronto te han echado en el olvido!.
Con este santo beso me despido”,
y le soltó otro beso a la otra pierna.
Pero estando en tan raro besuqueo,
vislumbró la prolífica pelambre
que cubría el entorno de aquél cono, con “ene”:
“Aunque sé que eres malo-dijo-y feo
y dejas a tu pueblo pasar hambre,
Fidel Castro, te beso...., y te perdono.”
Píntenlo del color que más les agrade y reciban un cordial saludo.
Juan J.Aranda
Málaga 22 de junio de 2003
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