viernes, marzo 10, 2006

Llamada para asociarse 05/05/03

LLAMADA PARA ASOCIARSE A LA ASOCIACIÓN DE ESTUDIOS MELILLENSES

Como muchos de ustedes sabrán yo tenía un buen amigo, anciano malagueño fallecido hace poco, que se llamaba don Rafael, Rafalito para los amigos. Este era un hombre de lo más sencillo y campechano que he conocido; decía cosas que te dejaban un poco descolocado, pero si lo que contestaba lo podías analizar con tranquilidad te entraba la risa floja o le dabas un abrazo. De verdad que era fantástico el cateto (como a él le gustaba llamarse a sí mismo). También tuve otro, pero éste era en Melilla donde lo conocí hasta que en 1985 se fue con su esposa a vivir a la “Residencia de Héroes” de La Purísima; es el que llamo como el viejo de la boina y el bastón, aunque el cayado lo usó ya en su vejez, por eso, porque los “palieres” ya le fallaban a menudo, decía; en su juventud usó sombrero y gorra, y anda que no era chulo el tío. Este era otro que conocía la vida y milagros de la Historia de Melilla desde la primera década del siglo pasado. Si Rafalito tenía su retranca característica en todas sus frases, por su forma de hablar tan de pueblo axárquico de Málaga, este no le andaba a la zaga con respecto a nuestra ciudad. Recuerdo que de lo que hablases de Melilla él te sacaba una anécdota histórica que muy bien podían leerse en las hemerotecas de antaño. Era como una enciclopedia viviente, como muchas de las personas residentes, con varias décadas de años a sus espaldas, y otras que viven fuera que poseen datos históricos que podrían muy bien divulgar, si es que tienen a alguien que les preste esa ayuda que todos necesitamos, y me refiero a los amantes de la Historia de nuestra ciudad, Melilla. Perdonen los expertos en gramática, a la Historia de Melilla la pongo con mayúscula porque me da la gana, lo siento, y sin quererme parecer a otra persona que las usa como si gritara desde el papel.
Yo que soy solo un humilde, y lo digo con orgullo, aprendiz de la Historia de Melilla no me atrevo a decirles a estas personas sabias que se dirijan a la Asociación de Estudios Melillenses, donde se dedican a la Cultura y a la Historia Viva de Melilla; donde su dedicación es el Estudio y Divulgación de Temas Históricos, Artísticos y Antropológicos de cuantas personas han hecho algo por nuestra ciudad. De verdad que no me atrevo porque no vaya a ser que allí no puedan ayudarles, por falta de dineros, y hagan “mutis por el foro” y recojan sus bártulos (sus conocimientos) y digan: “que os zurzan”, aunque bajen desanimados y mosqueados por la Puerta de la Marina; Rafalito hubiera dicho una picardía muy gorda. De no poder ayudarles en la A.E.M., lo digo porque según mis noticias, de los doscientos y pico de socios que tiene fichados existen, como en todas las asociaciones, peñas, clubes y toda la basca, socios honorarios que no apoquinan nada (¿de verdad que no dan un duro?, oúf ), siendo unos doscientos los que se rascan la bolchaca, el landre o el verderón, ergo bolsillo. Yo no entiendo, con la de gente amante de nuestra Historia que hay en la ciudad y también los que estamos fuera que muy bien podemos pagar 15,03 euros, que traducidos a pesetitas antiguas son 2.500 al año, sí señores, son dos míl quinientas (2.500) pesetas al año. Quizás sean amantes de la Historia de nuestra ciudad de boquita de piñón, o sea, de salón, o de barra de bar, que de esos haylos bastante. Señores, por favor, que esa cantidad se la gasta uno en tomarse un café con un suizo, hagan volar las telarañas de la caja por las murallas hacia el Puerto.
Yo que soy un poco curiosón me pregunto (qué chalaura, y que tontería, preguntarse uno mismo), y también me gustaría saber, al igual que mucha gente de Melilla, a ser posible, y sin que sirva de enfado, porque si hay mosqueo, lo único que puedo recomendarles es que beban agua. De qué se nutre y no de comida, sino de guita, pelas, parneses, euros, esas cosas que se necesitan para ir tirando, la A.E.M.. Porque con las cuotas de los socios paganinis creo que poco pueden hacer. Otra chalaura, o sea otra pregunta: la Administración, llámese Ayuntamiento, Asamblea de la Ciudad, Consejero de Cultura, Presidente (¿en funciones están ya?), como deseen llamarla. ¿Cuánto dinero desembolsa a la A.E.M. ? ; para que esos socios, amantes altruistas de nuestra Historia, porque ellos son así de generosos, ratones de bibliotecas, encuadernadores y editores puedan trabajar con la dignidad y sin estrecheces que se merece un investigador, al igual que otras asociaciones de otra índole que sí recibirán, creo, ¿o no?, más bien que sí. Quizás porque son más festivas (qué fino) en sus reivindicaciones, y alguna copa de vino español, ¡y olé! se trasegará en esas peticiones, y no el sempiterno pedigüeño cultural que lo hace como si pidiera perdón. Pues a ver si a la Asociación de Estudios Melillenses le arrimamos algún ascua a su sardina virtual porque de los contrario la languidez y la apatía se va adueñar de ella, más bien de los “ratones” que están al frente y entonces todos perderemos; tanto la Ciudad, Melilla, como nosotros los amantes de nuestra Historia y todos los melillenses en general, pero lo más importante es que la Administración, los que salgan de las urnas (anda, pero si ya mismo los tenemos jurando sus cargos, ¡uy!, que bien) que está en la Plaza de España también perderán y entonces vendrán las lamentaciones :¡ay, mamíta por Dios!.
Por último le pido a José Luís Blasco López, Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, que no se aburra y anime a los demás socios paganinis; a los honorarios o honoríficos que se animen también y suelten la guita (con perdón), a seguir con la labor tan meritoria que estais desarrollando, y espero que la buena gente, los que de verdad aman nuestra ciudad, ya sean residentes, o los que están fuera, se hagan socios y compañeros de labor para que entre todos podamos enriquecer nuestro Patrimonio Histórico, que bien se lo está mereciendo.
Desde Málaga te pido José Luís que me envíes los recibos como socio paganini de la A.E.M. .
Repito, son solo 2.500 pesetas al año, 15,03 euros; dividan entre doce meses y verán que es una ridiculez.
Reciban un saludo.

Juan J. Aranda

Málaga 5 de mayo de 2003