miércoles, enero 04, 2006

Sobre los hechos vandálicos del Cementerio Hebreo 12/01/2003

          SOBRE LOS HECHOS VANDÁLICOS DEL CEMENTERIO HEBREO


     Hace ahora cincuenta y ocho años mis padres me bautizaron con el nombre de Juan Jesús en la Iglesia del Sagrado Corazón; Juan por un tío que murió en la guerra del 36 y Jesús por haber nacido el 15 de octubre, día de santa Teresa, por lo tanto soy católico con comunión, con confirmación y todo eso, pero desde hoy y cada vez que se produzcan hechos salvajes, vandálicos, gamberradas, cabronadas o como quieran llamarlo, en el cementerio judío, mi nombre en mi D.N.I. se convertirá de Juan en Isaac (siempre me gustó ), en honor a un compañero judío de la mili, y seré judío como él.  Lo mismo que si ocurriera en el cementerio musulmán, que me convertiría en Dris, que también me gusta y también en recuerdo de un vecino, un buen hombre ya fallecido, del Callejón del Aceitero, seré igualmente musulmán.
     El jueves 2 de enero, en éste periódico, leo que el vigilante del cementerio hebreo pudo observar que unos individuos arrojaron dos botellas con líquido inflamable contra las lápidas, aunque afortunadamente no explosionaron -menos mal-, así como dos botes con pintura.  El señor Wahnon, presidente de la Comunidad Judía indicó que “el problema es que este tipo de hechos se viene sucediendo con bastante frecuencia,  y ya es hora de que de alguna manera se plantee con mayor rigor la vigilancia de la zona, porque si bien es cierto de que molestan poco, realmente son bastante incómodos, molestos y ofensivos”.   Mas adelante se puede leer que los enterramientos deben realizarse con custodia policial porque no es la primera vez que se originan hechos tan lamentables.  Algo insólito en una ciudad española que se enorgullece de poseer cuatro culturas distintas.  Yo creo que el señor Wahnon es muy modesto y posee mucha lenidad al decir que esta gente molestan poco.  Estos intolerantes de pacotilla que por el mas nimio motivo llaman racistas o xenófobos a quienes no comulgan con sus ideas retrógradas, que sí son xenófobas y racistas molestan y dañan, aparte del mobiliario del cementerio, dañan a la dignidad de las personas enterradas, que se merecen el máximo de los respetos  y muy particularmente a los familiares de las mismas. No quisiera  imaginarme el follón que se originaría en Melilla si estos hechos ocurrieran en el cementerio musulmán de Sidi Guariach. Por la construcción del fuerte de la Purísima, cercano al mismo, se declaró la llamada Guerra Chica o de Margallo (1893-1894).  Existen minorías étnicas en España que por mucho que se les construyan viviendas, escuelas, guarderías para que su forma de vida tenga una calidad semejante a los demás ciudadanos y se encuadre dentro de la convivencia mas sencilla y no se sienta desplazada son muy pocos los que llegan a la total integración.  
     Un vándalo era según el Espasa un individuo que procedía de la antigua Germania que se señaló por su ferocidad guerrera y también por destructor.  También dice del que comete acciones o profesa doctrinas propias de gente inculta, forajida y desalmada.    Y si seguimos desmenuzando todas y cada una de esas palabras se me acabaría el espacio y no llegaría al meollo de la cuestión que es el que interesa.
Yo creo que los que cometen estos actos no son ni vándalos, ni gamberros, ni nada parecido, no es una gamberrada en si misma, como los rompegrifos o los que se llevan los parterres del parque.  Los grifos los pueden vender por chatarra y sacar cuatro perras y las macetas ídem de lo mismo.  Lo del cementerio hebreo es mas profundo, es el producto de una mala educación; y no me refiero a la que dan en las escuelas, siendo esa la adecuada para todos los niños españoles; pero un sistema escolar que no tenga por base a los padres es como un cubo con un boquete en el fondo, todo lo que se le echa se derrama y se pierde; yo me refiero a la razón; quién o quienes tenemos la razón.  Aquél gabacho -Pienso, luego existo- que era Descartes decía : “No hay nada repartido más equitativamente en el mundo que la razón: todos están convencidos de tener suficiente ”.  El saber y la razón son los elementos dialogantes y la ignorancia y el error son los que vociferan, al menos eso es lo que vemos asiduamente en personas que se llenan ellas mismas de todas las razones habidas y por haber.  Los que gritan y aplauden hechos tan lamentables como el profanar tumbas y hacer daño por el solo motivo de dañar ignoran que en la vida, muchos de nosotros somos diferentes en riquezas, en religiones y en culturas, pero semejantes cuando la deidad Átropos nos corta el hilo de la vida; ahí si que somos iguales; ésta Átropos no hace distingos que valga cuando entrega un cadáver a la Parca, aunque sea enterrado mirando a La Meca, a Jerusalén o a Roma; ella los acoge a todos por igual y los va colocando a cada uno en el sitio que se han ganado en esta vida.  
     Por último les pido a las autoridades que hagan cumplir la ley ya que la comunidad judía es el verdadero ejemplo de tolerancia, laboriosidad y civismo, y cuando atentan contra ella es como si lo hicieran contra cualquiera de nosotros.

                                   Juan J. Aranda

                                   Málaga 12 de enero 2003