Algo sobre el Ratoncito Pérez 05/01/2003
ALGO SOBRE EL RATONCITO PÉREZ
Hace unos días se pudo ver en una cadena de televisión que en la calle del Arenal nº 8 de Madrid “nació” el Ratoncito Pérez, ratón del cuento que el Padre Coloma le dedicó al Rey Alfonso XIII cuando a éste, siendo niño, se le cayó su primer diente de los llamados de leche. En la misma casa de la calle del Arenal existe hoy en día una zapatería, y según su dueño, cada día le “pone de comer” al famoso ratoncito en el sótano que sirve de almacén para las cajas de zapatos, que es donde “vive” el animal; pero yo creo más bien, que este roedor debe ser el biznieto del que dejaba los regalos debajo de las almohadas de todos los niños que se le caen los dientes, heredando su vieja y buena costumbre de que los chaveas aún crean en los cuentos, en los Reyes Magos y en la ilusión de todo lo bueno que puedan aportarles a sus inocentes mentes. El Padre Luis Coloma, jesuita, era un gaditano de Jerez de la Frontera que escribió varias novelas que le hicieron célebre; alguno de ustedes recordará a “Boy”, “La Gorriona”, “Jeromín”; qué bueno era Jeromín, y tantos cuentos célebres de principios del siglo pasado y que leíamos los niños que nacímos medio siglo después; mas tarde vinieron los de Zane Grey, los tebeos del Guerrero del Antifaz, los de Roberto Alcázar y Pedrín y tantos otros que aún están rodando por nuestra memoria de adulto y que recordamos con todo cariño .
Sobre el Ratoncito Pérez el Ayuntamiento de Madrid va a colocar una placa en el mismo edificio recordando el cuento del jesuita que tantos llantos ha calmado a miles de niños de toda España. Por simple curiosidad, ya me gustaría leer el texto de la placa porque de verdad que es conmovedor recordar la figura ficticia de un personaje, en este caso un ratón, que a tantos niños ha ilusionado con los regalos saliendo debajo de sus almohadas; a algunos se le ponía carbón, pero del dulce.
No sé si vendrá a cuento, porque esto no es de ficción sino verídico: en Melilla, en la calle del General Barceló, paralela a la del Explorador Badía, ( Domingo Badía Leblich , Alí Bey ), y la de Castelar (Emilio Castelar y Ripoll, gran orador : “hablas más que Castelar”, decían), existe una casa que antiguamente le llamaron: “Casa del Moro Gato” donde se cree que nació el famoso moro, o quizás es que vivió en la misma o que fue su propietario; el caso es que el Moro Gato, cuyo nombre era Asmani, llegó a ser un gran amigo de España, como Abdelkader Ben El Hach Tieb, que tiene rotulada con su nombre la antigua calle de Arturo Reyes Aguilar. El 5 de Enero de 1894 el presidiario Farreni, de la famosa Guerrilla de la Muerte, que organizaría el Capitán Francisco Ariza Gómez, perteneciente a la Brigada Disciplinaria, detiene al Moro Gato y le corta las orejas, así, por las buenas, mas bién por las malas; y el General Martínez Campos, en Consejo de Guerra sumarísimo, condena a muerte al autor del atropello, cumpliéndose la sentencia inmediatamente. Este triste episodio dio origen a la disolución de la “Guerrilla de la Muerte” de la Brigada Disciplinaria. Martínez Campos, en un gesto de amistad y buena voluntad, recibe a varios jefes de kábilas en la Comandancia General. El caso es que Asmani, a raíz de estos hechos se convirtió en un gran amigo de España. En la campaña de 1909 fue confidente del General Marina, y al final de esta obtuvo varias condecoraciones, entre ellas figura la medalla de Alfonso XIII. Como anécdota muy personal tengo que decir que mi madre nació en esa misma casa de la calle del marino Barceló, y anda que no lo decía orgullosa : “Mi madre me trajo al mundo en la casa del Moro Gato”. Por lo visto la casa ya era famosa, como lo fueron años mas tarde la de los Cristales, la Sinagoga de la calle López Moreno, la de Tortosa y tantos edificios neoclásicos tan bonitos que tiene nuestra ciudad; dicen que son cien, ¿de verdad?. La casa en cuestión se encuentra en la mediación de la calle, y deben disculparme si no les digo el número porque la verdad es que lo ignoro; pienso que los antiguos vecinos de esa calle recordarán lo que estoy contando o algún estudioso de nuestra ciudad, de sus personajes y de sus calles lo podrá aclarar. Que no es un reto sino una pregunta para que la respuesta dé luz a episodios olvidados de nuestra ciudad. Y si a alguien de la “Casa Grande” de la Plaza de España, mejor y mas documentado que yo en ese hecho histórico le diera por colocar una placa, aunque sea pequeñilla, donde figure que allí nació o vivió el señor Asmani ( alias Moro Gato), un moro amigo de España al que un desalmado le seccionó las orejas, pues mira que bién.
Yo sé que mi proposición es utópica y aparentemente absurda, sólo aparentemente, ¡eh!, y no me harán ni puñetero caso pero al menos muchos vecinos de la calle Barceló sabrán por este medio que en su calle vivió un moro muy célebre a caballo entre los siglos XIX y XX, y ya de paso que digan que número es para así saber en la casa en que mi abuela parió a la que me trajo a la vida.
Reciban un saludo.
Juan J. Aranda
Málaga 5 de enero 2003
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